Oye,
te hablo a duras penas,
con la voz destrozada.
Hace frío, estoy vieja
y nada vale nada.
Yo tenía un rosal lleno de rosas
y un vaso de miel clara
pero pensé pensé pensé,
y no me queda nada.
Yo me hundía en los días hondos, cálidos,
en mi alma perfumada,
en las noches absurdas y serenas.
Hoy me hundo en la nada.
Yo era tanto, tan bien, tan plenamente,
tan armoniosamente modelada,
y me deshice en piezas sin sentido
y casi no soy nada.
Ya no soy yo ni nadie.
Estoy deshecha, muerta,
no soy nada.
Pensé pensé pensé
y hoy ya no queda
más que esta pobre cosa destrozada.
(1941)
Idea Vilariño
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