El 12 de noviembre de 1651 nació en San Miguel Nepantla Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana aunque la fecha exacta del nacimiento no está del todo clara. Fue la segunda de las tres hijas de Pedro de Asuaje y Vargas Machuca, quizás oriundo de Guipúzcua (País Vasco). Se sabe que sus padres se separaron cuando era una niña y su madre se casó de nuevo, teniendo otros hijos de ese matrimonio.
Aprendió a leer y a escribir a los 3 años y desde muy pequeña desarrolló un gusto especial por las letras.
Entre 1664 y 1665 fue dama de la marquesa de Mancera, esposa del virrey. Eso le permitió asistir a tertulias e incluso le animó a escribir algunos poemas que fueron bien aceptados en la Corte.
Tuvo la pretensión, fallida, de acceder a la Universidad, que las mujeres tenían vetada y terminó optando por la vida religiosa, según dicen porque era el único modo que tenía una mujer en aquel tiempo de desarrollarse intelectualmente.
Ademàs de sus composiciones literarias, que le han valido el apodo de Novena musa, hizo una encendida defensa del acceso de la mujer a la educación.
Hacia el final de su vida abandona la literatura y se produce un cambio drástico en ella que no se ha sabido explicar. Se dedica más a tareas espirituales "propias" de una monja.
En 1695 se desató una epidemia y ella se contagia. Murió el 17 de abril de ese año a los 43 años.
Aprendió a leer y a escribir a los 3 años y desde muy pequeña desarrolló un gusto especial por las letras.
Entre 1664 y 1665 fue dama de la marquesa de Mancera, esposa del virrey. Eso le permitió asistir a tertulias e incluso le animó a escribir algunos poemas que fueron bien aceptados en la Corte.
Tuvo la pretensión, fallida, de acceder a la Universidad, que las mujeres tenían vetada y terminó optando por la vida religiosa, según dicen porque era el único modo que tenía una mujer en aquel tiempo de desarrollarse intelectualmente.
Ademàs de sus composiciones literarias, que le han valido el apodo de Novena musa, hizo una encendida defensa del acceso de la mujer a la educación.
Hacia el final de su vida abandona la literatura y se produce un cambio drástico en ella que no se ha sabido explicar. Se dedica más a tareas espirituales "propias" de una monja.
En 1695 se desató una epidemia y ella se contagia. Murió el 17 de abril de ese año a los 43 años.
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