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domingo, 22 de septiembre de 2024

💠LA ESTATUA DEL REY ARTURO VIGILA EL OCÉANO ATLÁNTICO.

🔹Obra de Rubin Eynon

El escultor galés es conocido por sus magníficas creaciones, en su mayoría talladas en piedra, madera, bronce y hierro. Para el proyecto del Rey Arturo, Eynon decidió utilizar una estatua de bronce de dos metros y medio de altura para representar la majestuosa figura. Lo llamó Gallos, basado en una palabra de Cornualles que significa «poder». En abril de 2016, Gallos se instaló en el sitio. La estatua de bronce de 8 pies de altura se encuentra en los acantilados de Tintagel, Gran Bretaña, con vistas al vasto Océano.

lunes, 14 de diciembre de 2020

Betsabé


 

Nombre: Betsabé
Autor: Benjamin Víctor (EEUU,1979-)
Material: Bronce

PRECIOSA ESCULTURA «BETSABE» AUTOR BENJAMIN VICTOR DE NEVADA – USA:

El artista estadounidense de 37 años de edad también comenzó a desarrollar sus cualidades escultóricas a una corta edad, en la actualidad es uno de los escultores mejor consagrados en su país natal.
El propio artista describe su habilidad como un regalo de Dios. Y razón no le falta. Sus maravillosas esculturas dan prueba de ello.
La captación de los estados anímicos a través de las expresiones faciales, las posturas y actitudes que adoptan provocan una necesidad de observar más de cerca la obra e interiorizarla. La calidad de los detalles en ropas, ajuares y rostros y el estudio anatómico de las figuras le convierten en uno de los artistas más solicitados para trabajos conmemorativos, históricos y retratos para decorar importantes lugares en su país natal.
El bronce es el material que más utiliza para sus obras aunque también ha hecho sus pinitos sobre mármol, con una técnica grácil que recuerda algunas obras del célebre escultor renacentista Miguel Ángel.

Pero algunas de ellas simplemente destacan sobre el resto, ya que sus rostros y ropas nos hacen sentir fuertes emociones al verse tan reales.

La figura de Betsabé es esencial para entender la genealogía de Cristo, puesto que fue la madre de Salomón, el cuarto hijo del rey David; no obstante, el proceder de esta mujer es contradictorio ya que se la conoce gracias al adulterio que comete con el rey David. Ahora bien, los dos son culpables, más el rey que ella, todo hay que decirlo. Sería muy machista achacarle a Betsabé toda la carga. Si bien no se resistió, tal vez tampoco podía haberlo hecho, ya que se trataba del rey.

La historia nos sitúa los hechos de manera clara. David ha liberado el territorio nacional y es rey de Israel. Después inicia la conquista de Jerusalén y, poco a poco, va logrando la unidad nacional que es su máxima aspiración. Domina casi toda Palestina con las victorias sobre los filisteos, los edomitas y los arameos.

En una de sus campañas familiares, concretamente la llevada a cabo contra los amonitas sucede el episodio que nos ocupa que está descrito en 2 Sam.

David, un día, mientras su general Joab y el resto de soldados, sitiaban la ciudad de Rabbá, se levantó de la siesta, en una tarde de primavera, parece que era la época más hermosa en Jerusalén, y se dispuso a pasear por el terrado de su casa para disfrutar de la bonanza del tiempo. La casualidad hizo que, desde allí, se viese la casa de Urías, soldado hitita, alistado como mercenario en el ejército de David, uno de los hombres importantes en el ejército de David. La mala fortuna hizo que viese a una mujer hermosa bañándose y se quedó tan prendado de ella que David, sin reflexión alguna, y tras saber que era la esposa de Urías, pidió que la llevasen a su presencia. Betsabé acude. David se acuesta con ella y la mujer regresa a su casa tan tranquila, como si nada hubiese pasado:

“Al año siguiente, al tiempo en que los reyes suelen ponerse en campaña, mandó David a Joab con todos sus servidores y todo Israel a talar la tierra de los hijos de Ammón, y pusieron sitio a Raba, pero David se quedó en Jerusalén.

Una tarde levantóse del lecho y se puso a pasear por la terraza de la casa real, y vio desde allí a una mujer que estaba bañándose y era muy bella. Hizo preguntar David quién era aquella mujer y le dijeron: “Es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías el jeteo”. David envió gentes en busca suya; vino ella a su casa y él durmió con ella. Purificada de su inmundicia, volvióse a su casa” (2 Samuel, 11, 1-4).

Todo es muy rápido y los hechos se suceden de manera realista. Parece como si el destino lo hubiese querido así. Urías estaba en el frente de batalla, precisamente luchando por un rey que lo había deshonrado. Y hay que añadir que David sabía perfectamente que lo que estaba haciendo vulneraba la ley de Dios, de Yahvé y, pese a todo, siguió acostándose con Betsabé.

Llegados aquí cabe hacerse unas preguntas: ¿qué pasaría por la cabeza de la mujer? ¿No pudo imaginar que si se bañaba cerca de la casa del rey o, al menos, a su vista, podría levantar tentaciones? ¿No imaginó que el rey quería verla para algo deshonesto? O quizá era una mujer inocente que no creyó en la perfidia de David. No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que no se opuso a la voluntad del rey, ni lo intentó siquiera. Y es que Betsabé no parece una mujer de coraje, más bien se la ve débil, no se impone a las circunstancias y se deja llevar sin oposición, aunque sabe que está mal la traición a su esposo, la consuma. Ahora bien, es muy rápida al anunciar al rey que está embarazada de él “Quedó encinta, y lo hizo saber a David , mandando a decirle: “Estoy encinta” (2 Samuel, 11,5)- y David intenta que no se sepa, que pase por hijo de Urías, al que manda volver del frente con mentiras y lo envía a su casa para que pase la noche con su mujer y ese niño parezca suyo, no del rey.

No obstante, le sale mal la jugada. Urías no va a su casa y prefiere dormir con sus soldados, David le insiste –“Dijéronle a David. “Urías no ha bajado a su casa”. Entonces David le dijo: “¿No acabas de llegar de camino? ¿Por qué no bajaste a tu casa?”(2 Sam, 11,10), pero Urías que es un hombre responsable y duro sabe que en la guerra hay que guardar castidad y no va con su mujer. No se deja convencer:

“El arca, Israel y Judá habitan en tiendas; mi señor, Joab y los servidores de mi señor acampan al raso, ¿e iba yo a entrar en mi casa para comer y beber y dormir con mi mujer? Por tu vida y por la vida de tu alma, que no haré yo cosa semejante” (2 Sam, 11, 11).

David sigue insistiendo y le da más permiso, pretende emborracharle, pero no le sale bien la jugada y opta por una solución violenta: decide dar muerte a Urías y hacer que pase por una casualidad: “Poned a Urías en el punto donde más dura sea la lucha, y cuando arrecie el combate, retiraros y dejadle solo para que caiga muerto” (2 Sam, 11, 15). Y Urías muere, no podría ser de otra forma.

Cuando David se entera su reacción es la de un hombre calculador y cínico: “No te apures demasiado por este asunto, porque la espada devora unas veces a uno, otras a veces a otro. Refuerza el ataque contra la ciudad y destrúyela” (2 Sam, 11, 25).

Betsabé guarda luto a su marido durante siete días, como era la costumbre y, al acabar, David la lleva consigo a palacio. Parecerá que el hijo fuese de Urías y quedará a salvo el honor de David... o eso pensaba.

Dios, no obstante, no estaba muy de acuerdo con el crimen de su protegido: “Lo que había hecho David fue desagradable a los ojos de Yahvé” (2 Sam, 11, 27). Para tratar de que David entre en razón y reconozca su culpa, le envía al profeta Natán quien, con la célebre parábola del hombre rico que roba al pobre la única oveja que tenía, hace que David se arrepienta al fin:

“Llegó un viajero a casa del rico; y éste, no queriendo tocar a sus ovejas ni a sus bueyes para dar de comer al viajero que a su casa llegó, tomó la ovejuela del pobre y se la aderezó al huésped”. Encendido de cólera David fuertemente contra aquel hombre dijo a Natán: “¡Vive Yahvé que el que tal hizo es digno de la muerte y que ha de pagar la oveja por cuadruplicado, ya que hizo tal cosa sin tener compasión!” Natán dijo entonces a David: “¡Tú eres ese hombre!” (2 Sam, 12, 4-7).

David se arrepiente, sí, no obstante tiene que hacer un castigo importante y es que la espada nunca más se apartará de la casa de David: “Por eso no se apartará ya de tu casa la espada...” (2 Sam, 12, 10). Además, y es el castigo que atañe a Betsabé, el hijo que esperaban muere al poco de nacer.

Cuando este niño enferma, los padres se preocupan mucho y David ofrece todo tipo de penitencias y ayunos, pero no se salva. Así Dios los castiga, a él y a Betsabé. David, contra lo que se pensaba, (2 Sam, 12, 18), reacciona de manera serena:

“Cuando aún vivía el niño, ayunaba y lloraba diciendo. ¡Quién sabe si Yahvé se apiadará de mí y hará que el niño viva! Ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo volverle la vida? Yo iré a él, pero él no vendrá ya más a mí” (12, 22-23).

Mientras, la vida en palacio sigue y David se vuelca en Betsabé que vuelve a quedarse embarazada y esta vez da a luz a un niño al que llamarán Salomón. De esta manera, Dios perdona a David, ya que Salomón será el heredero de la corona, pese a que tenía otros hermanos del resto de mujeres de su padre.

Betsabé fue muy activa en la sucesión del trono y aquí ya se la presenta no como a la mujer pusilánime del principio, sino como a una intrigante que hace lo que sea preciso para ayudar a su hijo. Para ello cuenta con el apoyo de Natán. Adonías, el otro hijo del rey, quiere proclamarse rey a espaldas de su padre. La situación es muy delicada hasta que David, aconsejado por Natán, designa a Salomón como su heredero y organiza unas ceremonias muy complicadas para que sea efectivo.

Betsabé, pues, se ha salido con la suya y acaba siendo “madre del rey”, con lo cual sus poderes van a ser importantes, aunque sigue siendo irreflexiva y acaba causando la muerte de Adonías al interceder por él frente a su hijo y pedirle permiso para que se case con Abisag, que habían buscado para David, pero que el rey, ya viejo, no quiso aceptar. Salomón interpreta erróneamente esta petición y piensa que Adonías quiere quitarle el trono y lo ordena matar. Salomón recibe a su madre con todos los honores (1 Re, 1, 16-31) pero le responde muy adustamente cuando sabe el motivo (1 Re, 2, 22). Betsabé, en su inconsciencia, es la causante de la muerte de Adonías.

Bien curioso es este perfil bíblico de Betsabé, mujer pasiva, que se deja hacer, imprudente, pero también astuta, firme y bondadosa, en ciertos momentos. Una figura llena de luces y sombras, de carne y hueso, que figura en la genealogía de Jesús: ”Isaías engendró al rey David, David a Salomón en la mujer de Urías” (Mat, 1, 6).



http://alenarterevista.net/betsabe-la-perfida-mujer-que-sedujo-al-rey-david-por-virginia-segui/

jueves, 10 de septiembre de 2020

D'Artagnan

D'Artagnan - Parte trasera del Monumento a Alejandro Dumas. ( 1870 )

Plaza del Général - Catroux, París, Francia.
Obra de Paul Gustave Doré, ( Estrasburgo, 1832 - París, 1883 ). Fue un artista francés, pintor, escultor e ilustrador.

Charles de Batz-Castelmore, conde de Artagnan, fue un capitán de la guardia de mosqueteros de Luis XIV de Francia, que murió en el sitio de Mastrique el 25 de junio de 1673, durante la llamada Guerra Franco-Holandesa. 

miércoles, 15 de julio de 2020

"La Bella durmiente"

Esta escultura en mármol tiene como título "La Bella Durmiente" (1880), y es una de las piezas más famosas del escultor alemán Ludwig Sussman Hellborn (1828-1908).
Se encuentra en la National Galerie de Berlín, Alemania.

La bella durmiente del bosque es un cuento de hadas nacido de la tradición oral. Las versiones más difundidas del cuento son, en orden cronológico, Sol, Luna y Talía, del italiano Giambattista Basile (Pentamerón, 1634),​ La bella del bosque durmiente, del francés Charles Perrault (Los cuentos de mamá gansa, 1697)​ y Rosita de Espino o La Bella durmiente del bosque,​ de los alemanes Jacob y Wilhelm Grimm (Cuentos para la infancia y el hogar, 1812).
En la actualidad, las versiones más populares suelen ser relatos basados en el cuento de Charles Perrault e influidos por elementos del de los hermanos Grimm. El éxito de la versión cinematográfica de Walt Disney Pictures, de 1959, contribuyó mucho en la popularización de la historia a nivel mundial

Esta es la historia original resumida:

"La princesa Talía corre el riesgo de pincharse el dedo con el huso de una rueca oculta entre lino, según advierten sabios y astrólogos. El rey y la reina deciden prohibir la entrada de ruecas, husos y lino a palacio y esto evita que la princesa sufra ningún percance hasta que, siendo adolescente, encuentra un huso y una rueca para hilar lino y se clava el dedo con el huso de la rueca bajo la uña, cayendo en un sueño profundo.
El rey y la reina, afligidos y pensando que estaba muerta, incapaces de enterrarla, depositan el cuerpo de su hija sobre una tela de terciopelo, cierran el palacio y lo abandonan. Un noble príncipe Jorge que suele cazar en el bosque sigue a su halcón, que le lleva al palacio abandonado, donde halla a la princesa. Enseguida queda prendado por su belleza y, no contento con besarla, tras intentar despertarla, mantiene relaciones sexuales con ella.

Nueve meses después la princesa Talía, aún durmiente, da a luz a dos gemelos, un niño y una niña cuyos nombres son Sol y Luna. Los niños son cuidados por las hadas, que acompañan a la princesa mientras duerme. Un día el niño trata infructuosamente de cogerse al pecho de su madre, encontrando finalmente su dedo. Empieza a chuparlo y logra, casualmente, extraer de su piel la astilla envenenada. En ese preciso momento Talía recupera el conocimiento.
Pasa el tiempo y el noble, recordando los “buenos momentos” vividos con la muchacha durmiente decide acudir de nuevo a palacio. Para su sorpresa, la princesa está despierta y además no está sola, sino que la acompañan sus dos criaturas. El noble príncipe Jorge se da cuenta de que son sus hijos y así se lo explica a Talía, que lejos de enfadarse decide iniciar una relación con él. La pareja pasa una semana de romance y entonces el noble príncipe Jorge se marcha, sin mencionar que el motivo de ello es el obligado retorno con su esposa.

Entonces el noble príncipe menciona en sueños los nombre de Talía, Sol y Luna y con ello la esposa del noble se entera de todo, conociendo así la existencia del palacio, de la princesa que en él vive y de los hijos bastardos de su marido. Enfadada hasta más no poder, hace secuestrar a Sol y Luna, que acaba entregando al cocinero, dando la orden de degollarlos y de hacer con su carne un sabroso plato. La esposa decide quemar viva en la hoguera a Talía, también capturada. En el momento de llegar a la hoguera, Talía solicita poder quitarse primero sus prendas más delicadas, a lo que la mujer accede. Con cada prenda que se quita emite un grito de dolor. Sonidos que el noble acaba oyendo. La esposa le explica a su marido que Talía ha sido quemada en la hoguera y que, durante la comida, “¡te has comido lo que es tuyo!”, es decir, a sus hijos. En ese instante el noble príncipe Jorge ordena que su esposa, el secretario y el cocinero sean quemados también en la hoguera.
Sin embargo, Talía no llega a quemarse y el cocinero le explica que no ha sido capaz de hacer daño a los niños y que los ha sustituido por carne de cabra.
El noble príncipe llamado Jorge y la princesa Talía se casan y el cocinero recibe el título de tesorero real."

La siguiente sinopsis se basa en el relato de Perrault (los elementos característicos de la versión de Basile y los Hermanos Grimm se mencionan en la sección Variantes):
Tras una larga esterilidad, un rey y una reina tienen una hija. Cuando la niña cumple un año de edad, invitan a un festejo en honor de la niña a siete hadas buenas y madrinas que, mediante encantamientos, le otorgan dones positivos. Pero entonces, irrumpe una bruja o un hada malvada de un país vecino, a la que no pudieron invitar porque no había platos suficientes, y esta, ofendida, sentencia que el día que la princesa cumpla quince o dieciséis años se pinchará un dedo con el huso de una rueca y morirá. No obstante, una de las hadas buenas y madrinas invitadas que todavía no había otorgado su don a la princesa, mitiga la maldición de la bruja o hada malvada de manera que, cuando la princesa cumpla quince o dieciséis años, se pinchará el dedo con un huso de una rueca pero, en vez de morir, dormirá un siglo.
El rey y la reina prohíben todos los husos y todas las ruecas de hilar en su reino, y los mandan quemar todos y todas en una gran hoguera, pero todo es en vano: quince o dieciséis años más tarde, al cumplir la edad indicada, la princesa, curioseando en una torre del castillo, encuentra una anciana que hila con un huso de una rueca . La muchacha lo toma, se pincha el dedo con el huso de la rueca y cae dormida. El sueño se expande a todos los habitantes del castillo, y este queda cubierto bajo una espesa vegetación.
Cien años después, un príncipe escucha la historia de la bella durmiente y se dirige al castillo con intención de despertarla. La vegetación le abre paso. Cuando llega al castillo, encuentra a la princesa dormida y queda cautivado por su belleza. Una vez casados los dos jóvenes, el príncipe vuelve a su reino. Allí no revela a sus padres lo sucedido con la princesa, pues teme que su madre, de quien se dice que es en parte ogresa, atente contra su esposa y los hijos que eventualmente tendrá con ella. Estos finalmente son dos: una niña a la que llaman Aurora, y un niño al que llaman Día.
Cuando el rey muere, el príncipe hereda la corona y trae al reino a su esposa e hijos. Allí son bien recibidos por todos, menos por la reina madre. Así, un día el rey debe ausentarse y su familia se queda en el palacio. Entonces, la reina madre ordena al cocinero matar a Aurora y cocinarla para comérsela. Pero el cocinero hace que su esposa oculte a la niña, y en vez de a Aurora cocina un cordero, que la reina madre come convencida de que es su propia nieta. Lo mismo se repite con el príncipe Día y con la reina consorte (quien antes fue la bella durmiente): todos se esconden de la ogresa en casa del cocinero. Sin embargo, la ogresa pasa cerca de la casa y oye la risa de los niños y, percatada del engaño, ordena disponer una gran olla y meter en ella serpientes, sapos y todo tipo de criaturas asquerosas y letales para meter allí a la reina, al cocinero, a su esposa y a los niños. Cuando se dispone a ejecutar esta sentencia, llega el rey y, al verlo, la ogresa se lanza a la olla y es devorada por todas las alimañas que hay dentro. Finalmente, el rey libera a su esposa e hijos y al cocinero y su mujer, condecora a estos últimos por proteger a su familia y todos viven felices para siempre.

Variantes:

El nombre de la protagonista

En Sol, Luna y Talía, la primera versión escrita que se conoce realizada por Basile, la protagonista se llama Talía (del griego Thaleia, "florecimiento"), en la de Perrault no se le da nombre propio y en la versión alemana de los Hermanos Grimm, se la llama Dornröschen ("Rosita espinosa" en alemán).
En la versión de Charles Perrault, Aurora es el nombre de la hija de la protagonista, pero en la versión para ballet de Chaikovsky se transfiere el nombre a la madre. La película de la Disney conservó esta transferencia de la princesa protagonista.

El nombre del cuento

El nombre del relato más difundido en castellano (La bella durmiente, al que a veces se le añade "del bosque") se deriva del nombre que le dio Perrault. Sin embargo, como Perrault titula su cuento mediante la hipálage "La Belle au bois dormant", la traducción textual sería La bella del bosque durmiente.

La trama

Los textos de Basile y de Perrault incluyen las dos secuencias narrativas (la del hechizo que afecta a la protagonista y la de los actos de la esposa del rey o madre del príncipe). El de los Grimm descarta la última. La primera secuencia narrativa es muy similar en el cuento alemán y en el francés, pero estos tienen diferencias notables respecto del italiano. Comparativamente, los núcleos narrativos de los tres relatos clásicos son los siguientes.

domingo, 7 de junio de 2020

Museo de Bellas Artes de Chile

La Quimera, Nicanor Plaza
El eco o El encantamiento, Rebeca Matte Bello

La Cabeza de David
Esta réplica de la Cabeza de David pertenece a la exposición Tránsitos, Colección de Esculturas MNBA.


martes, 2 de junio de 2020

Adolfo Apolloni

Escultor, italiano. Nacido en Roma, estudió ingeniería, luego escultura. En 1879, se mudó a Boston, donde enseñó escultura y dibujo. Pronto se mudó a Providence, Rhode Island, donde conoció y se casó con Martha Holt. Él y su esposa se mudaron a Roma en 1884, pero ella murió en 1889, y él vertió su pena en el Monumento Holt.

Apolloni era bastante famoso en Italia.


Después de estudiar en la Accademia di San Luca , Apolloni se mudó a Boston en 1879 , donde enseñó escultura y dibujo en el Conservatorio de Música. Más tarde se mudó a Providence (Rhode Island) , donde conoció y se casó con su esposa Martha en 1883 .
Participó en la III Exposición Internacional de Arte en Venecia en 1899 .
De 1900 a 1922 , presidió la Royal School of Art aplicada a la industria de Fano (que después de su muerte recibió su nombre).
Consejero municipal de antigüedades y bellas artes de la municipalidad de Roma en 1905 y 1914, entre junio de 1919 y noviembre de 1920 fue alcalde de Roma. En octubre de 1919 fue nombrado senador del reino.

En 1919 hizo una copia en travertino de la Fuente de las abejas de Gianlorenzo Bernini , ahora ubicada a la entrada de Via Veneto .

Obras

Retratos

  • Marchesa Corsini de Laiatico
  • Isabella Kemp
  • Autorretrato (en la Galería Municipal de Arte Moderno y Contemporáneo de Roma)
  • Ira Dante (en el Senado de la República )

Esculturas simbólicas

  • El violinista
  • El teléfono
  • La escultura (en la Accademia di San Luca y yeso en la Fano School of Art)
  • Diosa roma

Fuentes

  • La cosecha (en el atrio del Hotel Excelsior en el Lido de Venecia )
  • El oso con el perro y el gato (en la Villa Celere en Roma, ahora desapareció)

Esculturas de celebración

  • Victoria alada (en el Monumento a Vittorio Emanuele II )
  • La capucha para la custodia de la bandera italiana del destructor Granatiere ( 1908 )

Decoraciones

  • Villa Lubin (en la Villa Borghese en Roma)
  • Perspectiva epigráfica de Porta Pia (en el punto de Brecha)
  • varias medallas de temas patrióticos y de celebración

Obras arquitectónicas y escultóricas

  • Monumento funerario a Agostino Chigi (en la Basílica de Santa Maria del Popolo en Roma)
  • Monumento funerario de la familia Calcagno (en el cementerio Staglieno en Génova )
  • Ave mater purissima ( 1889 ; estatua policromada de mármol de la Virgen en el monumento funerario de la familia Holt, en el cementerio de San Francisco de Pawtucket - Rhode Island )

domingo, 31 de mayo de 2020

L'umanità contro il male, Gaetano Cellini (1908)

«La humanidad contra el mal» es una de las primeras obras del escultor italiano Gaetano Cellini (1873-1937), actualmente se conserva en la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma.

Es una obra alegórica, la expresión plástica de una idea, según la definición de Auguste Rodin, para quien «el arte es la misión más sublime del hombre, ya que es el ejercicio del pensamiento que busca comprender el universo y hacerlo entender». Cellini presentó una versión en yeso de esta obra en 1906, en la Exposición Nacional de Milán. En la base aparece, además del título, un corchete que describe su significado: Así que te limpiaré con dientes y uñas. Eterno dolor. Quien en mi corazón luchó contra mí. Dos años después el artista realizó el trabajo de mármol y recibió el Premio Fumagalli de Milán, 1906.


miércoles, 5 de febrero de 2020

Penélope

En la epopeya de Odessa, Penélope espera a su esposo, que no regresa a la guerra de Troya. Él le dice a sus pretendientes, que quieren casarse con él, que quiere terminar su tejido y distraerlos. Penélope teje su tejido durante el día y se lo quita por la noche.

Estatua de mármol, Penélope, dormida con el huso en la mano, 1849, escultor Pierre-Jules Cavalier,
Museo de Orsay, Francia

jueves, 28 de noviembre de 2019

Perseo y Andrómeda

Pierre Paul Puget, Perseo y Andrómeda, 1715, Museo del Louvre


El Oráculo de Delfos había predicho que Acrisio, rey de Argos, moriría a manos de su nieto. Para evitar el cumplimiento de esta revelación encerró a su única hija, Dánae, en una cámara subterránea de bronce y prohibió el acceso a ella a los varones, incluso a los que tuvieran la honrada intención de pedir su mano. Zeus, que como dios omnipotente de poco servían habitaciones acorazadas, vio a la joven -que por cierto era bellísima- y naturalmente se enamoró de ella. Para no levantar sospechas, el padre de los dioses se transformó en finísima lluvia dorada y, filtrándose sobre un rayo de sol por la ventana de la celda, fecundó de esta manera a la pobre cautiva. El milagro se realizó y de esta unión nació el futuro héroe Perseo.

Acrisio no quiso reflexionar cómo su hija había podido dar a luz. Lleno de estupor y espanto al ser consciente de que el camino para que el Oráculo no se equivocara se había abierto, ordenó que Dánae y Perseo fueran colocados en una frágil barquilla y se abandonaran a merced de las olas del proceloso mar. Madre e hijo permanecieron muchos días cual náufragos de un desastre, hasta que, cuando ya se hallaban exhaustos, Zeus no les abandonó, haciendo que un vientecillo suave arrastrara al débil esquife hasta la isla de Sérifos. Allí fueron recogidos por un pescador llamado Dictis, hermano en algunas versiones del reyezuelo de la isla, Polidectes.
Dictis se encontraba a la sazón faenando no muy lejos del litoral y se extrañó al levantar la vista y reparar en la barquichuela que se mecía grácilmente. La alcanzó y la atrajo hasta la playa cercana. Después condujo a la joven y al bebé a una casa que poseía junto al mar, allí los cuidó y Perseo no tardó en convertirse en un arrogante joven, no exento de valentía y de excepcional encanto masculino.
Polidectes, a quien su hermano había presentado a los dos excepcionales náufragos, se prendó de Dánae, que conservaba lozana su espléndida hermosura, y quería hacerla suya sin reparar en medios, pero temía el enojo de Perseo, que noche y día velaba por la seguridad de su madre. El problema era pues el muchacho, ¿cómo lo alejaría de Dánae? Polidecres pregonó su próximo casamiento con Hipodamia. Para celebrarlo invitó a un banquete a príncipes, súbditos y allegados. En medio de éste y como era costumbre, preguntó qué regalo iban a ofrecerle. Todos optaron por traerle un caballo, excepto Perseo, que llevado de su arrogancia prometió ofrecer al rey la cabeza de la Medusa, única de las Cargonas que no poseía el don de la inmortalidad. Polidectes se frotó las manos saboreando el triunfo: ¡Por fin alejaría al temible obstáculo que le cerraba el acceso hasta Danae porque lo prometido era deuda, además era probable que aquél dejara la piel en la dificilísima empresa!
En otra versión Polidectes amenazó a Perseo, advirtiéndole que si no traía la cabeza de la Gorgona como trofeo peligraría la honra de su madre. Los dioses atraídos por la valentía del nuevo héroe le ofrecieron toda su ayuda. Y ¿cómo no iban a hacerlo, si además su protegido era hijo del mismísimo Zeus? Así pues, Hades le prestó el casco que poseía la virtud de volver invisible a quien lo llevaba; Atenea le dejó su escudo; Herrnes las alas que imprimían gran velocidad y la cualidad de volar al que las tenía; y Hefesto, una espada indestructible, fabricada en bronce y con filo diamantino llamada Harpe.
Así armado, Perseo se lanzó a los espacios siderales y, guiado por Atenea y Hermes, alcanzó la morada de las Greas, hermanas de las Gorgonas, vírgenes monstruosas semejantes a cíclopes femeninos, que poseían un solo ojo en la frente y un solo diente, pero al nacer ya eran viejas. Perseo se apoderó de su ojo y diente y les dijo que se los devolvería cuando le confesaran en donde encontraría a las Gorgonas. Las viejas espantosas, tras un forcejeo, no tuvieron más remedio que explicar al héroe por donde se iba hacia el lugar en donde imperaban sus hermanas, y Perseo cumplió lo prometido, devolviéndoles tan esenciales órganos.
Su fealdad era todavía más espantosa que la de sus hermanas, las Creas. Los cabellos eran un amasijo informe de serpientes en movimiento silbando continuamente, los dientes eran semejantes a los del más salvaje jabalí, extremidades de bronce y alas de oro gracias a las cuales surcaban los aires. Todo aquel que se atrevía a mirarlas quedaba acto seguido convertido en piedra, y ni siquiera los dioses podían neutralizar este don. Atenea había contado a Perseo esta maléfica cualidad y por ello nuestro héroe rehuyó mirarlas cara a cara, sino que inició la lucha de espaldas, guiándose con la imagen de su rival reflejada en el bruñido escudo que la diosa de la Sabiduría le había prestado. Finalmente, con un último esfuerzo, logró cortar de un tajo con la Harpe la cabeza de Medusa, la Gorgona mortal. Al contemplar la escena, las otras dos hermanas inmortales se lanzaron sobre el héroe, pero éste consiguió rehuir la persecución haciéndose invisible con el casco de Hades.
De la sangre que brotó del cuello cercenado de Medusa, y en el momento del golpe, surgieron el gigante Crisaor, padre de Gerión, enemigo de Hércules e hijo a su vez de la Medusa y de Poseidón, y finalmente el caballo alado Pegaso.
Terminada victoriosamente su misión. Perseo se calzó las sandalias con alas, y tras colgarse el zurrón y sujetarse el casco, voló a través de los espacios hasta llegar a Mauritania, en donde tenía su morada el gigante Atlas. Perseo le solicitó su hospitalidad, presentándose como hijo del propio Zeus. Atlas le contestó desabridamente. Entonces el héroe le mostró la cabeza de la Medusa, que no había perdido sus propiedades y al instante el gigante quedó convertido en piedra. Es así como se presentó en el futuro ante los humanos: convertido en la Cordillera del Arias y cuyas cumbres parecen sostener los cielos.
Desde Mauritania alcanzó Perseo Etiopía, donde reinaba el rey Cefeo. A medida que descendía, se hizo cada vez más visible una hermosísima doncella que se hallaba encadenada a un peñasco lamido por las olas y a punto de ser devorada por un horrible monstruo marino. Si la brisa no hubiera agitado su rubia cabellera y las lágrimas no hubieran afluido copiosamente de sus bellísimos ojos, se diría que era una marmórea sirena esculpida junto a la playa.
“Soy hija de Cefeo soberano de estas tierras etíopes y mi nombre es Andrómeda. Me encuentro en esta deplorable situación porque mi madre Casiopea había manifestado con orgullo ante las Nereidas, ninfas del mar, que era más hermosa que ellas. Poseidón quiso vengar tal ofensa e inundó el país, y envió a sus costas a un monstruo marino que devoró a cuantos hombres y rebaños pudo alcanzar. El Oráculo de Ammón reveló que solamente desaparecería el peligro si me entregaban a mí, la hija de Casiopea, a la voracidad del monstruo. Después de vacilar mucho, mi padre, a instancias del pueblo, me abandonó encadenada a esta roca.»
Apenas había explicado su situación cuando se agitó el mar y de su seno apareció un horrible ser marino con ánimo de devorar a la joven. Andrómeda lanzó un lastimero gemido y sus padres, que se hallaban en la playa, corrieron hacia su hija intentando lo imposible. Perseo los detuvo y tranquilizó: salvará a Andrómeda, pero a cambio de convertirla en su esposa. Los padres aceptan entusiasmados la idea, pues ya se han dado cuenta que el pretendiente de su hija capaz de atreverse a rescatarla no puede ser un hombre cualquiera.
Raudo como una centella, Perseo se lanzó sobre el monstruo. Éste observó sobre la superficie del mar la sombra del héroe y, creyendo que era su enemigo, se lanzó con furia a atacarla, momento que aprovechó éste para clavar su espada una y otra vez en el dorso del animal, hasta que tras una titánica lucha el monstruo quedó exánime, mientras Perseo en su lomo celebraba la victoria. Acto seguido desató a Andrómeda y, tras los abrazos de rigor, los cuatro se encaminaron hacia palacio, en donde se ordenaron los preparativos para la boda.
Durante la sobremesa del banquete nupcial se oyó en las estancias contiguas al comedor un rumor que fue creciendo hasta que apareció Pilleo, hermano de Cefeo, con una multitud de hombres armados con el fin de apoderarse del trono y hacer valer sus pretensiones de antiguo prometido de Andrómeda. Perseo tomó las armas y la lucha se generalizó, pero los asaltantes eran muchos y ya acariciaban el triunfo, cuando nuestrO héroe se acordó de la cabeza de Medusa y, cogiéndola en sus manos y desviando la vista de ella, la arrojó como un proyectil a los pies de sus adversarios, los cuales inmediatamente se transformaron en piedra, excepto Fineo, que al contemplar el prodigio imploró el perdón. Perseo no atendió las súplicas y, encarándole a la Gorgona, lo convirtió también en una pétrea figura que representaba un esclavo humillado.
Poco después, Perseo tomaba el camino de regreso a Sérifos, a pesar de las protestas de Cefeo, que deseaba que el héroe le sucediera algún día en el trono, protestas acrecentadas puesto que se llevaba consigo a Sérifos a su hija, a la que tanto esfuerzo había costado rescatar. Dánae, cansada de las infamias de Polidectes, se había refugiado junto a Dictis en el templo de Atenea… Perseo se presentó ante el soberano con la cabeza de la Gorgona y éste quedó igualmente petrificado. Dánae y Dictis salieron del templo y vivieron en paz, mientras que en algunos relatos se cuenta que Dictis terminó casándose con Dánae y llegó a ser rey de Sérifos.
Perseo devolvió a cada dios los dones que le habían prestado y Atenea recibió la cabeza de Medusa, que fue colocada como glorioso trofeo en el escudo de la diosa como reconocimiento a sus eficaces servicios. Hecho esto, se embarcó rumbo a su ciudad natal de Argos, en el Peloponeso.
Cuando Acrisio supo que su nieto regresaba, temió por su vida, tal corno lo había profetizado el Oráculo, y huyó disfrazado a Tesalia. Poco después se celebraban unos juegos atléticos en aquella región. Perseo acudió a demostrar su destreza, tras haber sido declarado presunto sucesor en e! trono de Argos al no volverse a saber nada de Acrisio y haber tenido que luchar contra Preto, hermano de éste, que había logrado coronarse rey. Perseo quiso intervenir en el lanzamiento del disco, manifestación de la que era muy experto. Pero cuando le tocó el turno, la trayectoria de! artilugio se le desvió, yendo a dar e! disco en la cabeza de un anciano forastero que presenciaba el espectáculo y que murió en el acto. Perseo descubrió con horror que la víctima que había provocado accidentalmente era su propio abuelo, Acrisio, refugiado en Tesalia para intentar huir del hado adverso.
El héroe, lleno de aflicción, renunció al trono de Argos como expiación por su crimen, aunque hubiera sido involuntario, y cedió la corona a Megapentes, hijo de su rival Preto. Como Megapentes era soberano de Tirinto, el héroe no tuvo otra opción que hacerse cargo de aquel reino y a partir de entonces vivió feliz en su nueva patria junto a Andrómeda, que le dio numerosos y valerosos hijos. De su tronco descendería e! héroe más famoso de toda la Mitología clásica: Hércules.
La similitud del nombre de Perseo con la del pueblo persa hizo pensar a algunos tratadistas que aquél había tenido de Andrómeda un hijo de igual nombre, criado por Cefeo y fundador del pueblo persa. Aluden como prueba el traje oriental que muestra Perseo en la pintura de algunos vasos conservados.
A Perseo se le atribuye la fortificación e incluso la fundación de Micenas. A su muerte se le tributaron honores divinos. Fue colocado en el cielo entre las constelaciones del hemisferio boreal junto a su amada Andrómeda, cuya nebulosa es el cuerpo celeste más alejado de la Tierra que podemos contemplar sin ayuda del telescopio. La constelación de Perseo adopta la forma de campana. Dentro de su espacio se hallan numerosas estrellas fugaces (en realidad meteoritos) que conocemos con el significativo nombre de Perseidas. Por su relación con Perseo, Casiopea y Cefeo dieron nombre a su vez a otras constelaciones.

La estatua más famosa de Perseo se conserva en la Sala de los Lanzi de Florencia y es obra del polifacético artista renacentista florentino Benvuenuto Cellini (1500-1571). Muestra el momento en que el héroe enseña triunfalmente la cabeza de la Medusa, tras haberla cortado con una especie de cimitarra. Sin ropaje alguno, Perseo está tocado con el casco de Hades que le proporcionaba la fabulosa invisibilidad.

viernes, 22 de noviembre de 2019

Perséfone o Proserpina

El Rapto de Proserpina 
de Gianlorenzo Bernini
(Nápoles, 7 de diciembre de 1598 – Roma, 28 de noviembre de 1680) fue un escultor, arquitecto y pintor italiano. Trabajó principalmente en Roma y es considerado el más destacado escultor de su generación, creador del estilo escultórico barroco.
Creada entre 1622 y 1625
Galería Borghese, Roma
Estilo Barroco
Mármol 
Altura: 2,95 m
Representa a Proserpina (Perséfone en la mitología griega) siendo raptada por Plutón (Hades en la mitología griega), soberano de los infiernos.


Perséfone era la única y muy querida hija de Deméter , que la había tenido con Zeus. Perséfone, (Proserpina para los romanos) a veces llamada Core o «la dama», era en origen diosa de la agricultura como su madre, pero luego se convirtió en esposa de Hades y señora del reino de los muertos.
Deméter no quería que su hija se casase con Hades y sin su consentimiento Zeus se la había prometido a su hermano. Un día, mientras la joven recogía flores en Sicilia, Hades apareció en su carro de dos caballos para raptarla. En palabras de Ovidio: «Mientras Proserpina (Perséfone) jugaba en el campo recogiendo violetas y lirios, mientras con juvenil alegría llenaba sus faldas y su cesta compitiendo con sus compañeras, Hades, repentinamente apareció, la vio, se encaprichó y la tomó: tan rápido como esto, el amor. La diosa atemorizada llamó a su madre sollozando. Dado que le había rasgado el vestido al llevársela, las flores cayeron de su túnica suelta y eso provocó que derramara sus lágrimas virginales».


Deméter, destrozada, hizo todo lo que pudo para recuperar a su hija y finalmente tuvo que resignarse a que pasase parte del año con Hades y parte del año con ella, dado que mientras estaba en el reino de los muertos había ingerido unas pepitas de granada y las reglas establecían que cualquiera que ingiriese algo en el Averno debía permanecer allí para siempre.
Perséfone aceptó su destino con más naturalidad que su madre, que penó durante mucho tiempo su ausencia y con su tristeza provocó que la tierra se secase y quedase estéril. Perséfone aceptó ser diosa de la muerte e incluso Homero la llamaba «la temible Perséfone» y en la Odisea presenta al héroe dándole una importancia fundamental al papel de Perséfone en el reino de las tinieblas. Ella decidía cuándo se le podía acercar un alma. La muerte de Perséfone y su regreso a la tierra aparece en los Misterios Eleusianos, las ceremonias que tenían lugar anualmente en Eleusis, cerca de Atenas, a las que sólo podían acudir los iniciados.


Dame una palabra...
y yo te daré dos,
¡oh bailarina!

Y mírate microbio...
en el haz de luz,
de Proserpina...

Y es que tu amor es un arco dorado...
tu amor es un círculo mágico...
tu amor es un eco de luz...
y ¿cómo ajustarlo a tu vida...
una vez más?

Solo la esperanza,
guía la verdad...
uh mediodía...

Cuida de mis alas,
en la ingratitud...
oh, Proserpina...

Y es que tu amor es un arco dorado,
tu amor es un río divino...
tu amor como un árbol de luz...
y ¿cómo ajustarlo a tu vida...
una vez más?

Una caja fuerte,
y un viejo reloj,
ya no me sirven...

Quiero tus tesoros,
ya, hermosa flor...
Oh, Proserpina...!

Y es que tu amor es un arco dorado...
tu amor es un círculo mágico...
tu amor es un eco de luz...
y ¿cómo ajustarlo a tu vida...
una vez más?