domingo, 22 de septiembre de 2024
lunes, 1 de febrero de 2021
lunes, 14 de diciembre de 2020
Betsabé
PRECIOSA ESCULTURA «BETSABE» AUTOR BENJAMIN VICTOR DE NEVADA – USA:
Pero algunas de ellas simplemente destacan sobre el resto, ya que sus rostros y ropas nos hacen sentir fuertes emociones al verse tan reales.
La figura de Betsabé es esencial para entender la genealogía de Cristo, puesto que fue la madre de Salomón, el cuarto hijo del rey David; no obstante, el proceder de esta mujer es contradictorio ya que se la conoce gracias al adulterio que comete con el rey David. Ahora bien, los dos son culpables, más el rey que ella, todo hay que decirlo. Sería muy machista achacarle a Betsabé toda la carga. Si bien no se resistió, tal vez tampoco podía haberlo hecho, ya que se trataba del rey.
La historia nos sitúa los hechos de manera clara. David ha liberado el territorio nacional y es rey de Israel. Después inicia la conquista de Jerusalén y, poco a poco, va logrando la unidad nacional que es su máxima aspiración. Domina casi toda Palestina con las victorias sobre los filisteos, los edomitas y los arameos.
En una de sus campañas familiares, concretamente la llevada a cabo contra los amonitas sucede el episodio que nos ocupa que está descrito en 2 Sam.
David, un día, mientras su general Joab y el resto de soldados, sitiaban la ciudad de Rabbá, se levantó de la siesta, en una tarde de primavera, parece que era la época más hermosa en Jerusalén, y se dispuso a pasear por el terrado de su casa para disfrutar de la bonanza del tiempo. La casualidad hizo que, desde allí, se viese la casa de Urías, soldado hitita, alistado como mercenario en el ejército de David, uno de los hombres importantes en el ejército de David. La mala fortuna hizo que viese a una mujer hermosa bañándose y se quedó tan prendado de ella que David, sin reflexión alguna, y tras saber que era la esposa de Urías, pidió que la llevasen a su presencia. Betsabé acude. David se acuesta con ella y la mujer regresa a su casa tan tranquila, como si nada hubiese pasado:
“Al año siguiente, al tiempo en que los reyes suelen ponerse en campaña, mandó David a Joab con todos sus servidores y todo Israel a talar la tierra de los hijos de Ammón, y pusieron sitio a Raba, pero David se quedó en Jerusalén.
Una tarde levantóse del lecho y se puso a pasear por la terraza de la casa real, y vio desde allí a una mujer que estaba bañándose y era muy bella. Hizo preguntar David quién era aquella mujer y le dijeron: “Es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías el jeteo”. David envió gentes en busca suya; vino ella a su casa y él durmió con ella. Purificada de su inmundicia, volvióse a su casa” (2 Samuel, 11, 1-4).
Todo es muy rápido y los hechos se suceden de manera realista. Parece como si el destino lo hubiese querido así. Urías estaba en el frente de batalla, precisamente luchando por un rey que lo había deshonrado. Y hay que añadir que David sabía perfectamente que lo que estaba haciendo vulneraba la ley de Dios, de Yahvé y, pese a todo, siguió acostándose con Betsabé.
Llegados aquí cabe hacerse unas preguntas: ¿qué pasaría por la cabeza de la mujer? ¿No pudo imaginar que si se bañaba cerca de la casa del rey o, al menos, a su vista, podría levantar tentaciones? ¿No imaginó que el rey quería verla para algo deshonesto? O quizá era una mujer inocente que no creyó en la perfidia de David. No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que no se opuso a la voluntad del rey, ni lo intentó siquiera. Y es que Betsabé no parece una mujer de coraje, más bien se la ve débil, no se impone a las circunstancias y se deja llevar sin oposición, aunque sabe que está mal la traición a su esposo, la consuma. Ahora bien, es muy rápida al anunciar al rey que está embarazada de él “Quedó encinta, y lo hizo saber a David , mandando a decirle: “Estoy encinta” (2 Samuel, 11,5)- y David intenta que no se sepa, que pase por hijo de Urías, al que manda volver del frente con mentiras y lo envía a su casa para que pase la noche con su mujer y ese niño parezca suyo, no del rey.
No obstante, le sale mal la jugada. Urías no va a su casa y prefiere dormir con sus soldados, David le insiste –“Dijéronle a David. “Urías no ha bajado a su casa”. Entonces David le dijo: “¿No acabas de llegar de camino? ¿Por qué no bajaste a tu casa?”(2 Sam, 11,10), pero Urías que es un hombre responsable y duro sabe que en la guerra hay que guardar castidad y no va con su mujer. No se deja convencer:
“El arca, Israel y Judá habitan en tiendas; mi señor, Joab y los servidores de mi señor acampan al raso, ¿e iba yo a entrar en mi casa para comer y beber y dormir con mi mujer? Por tu vida y por la vida de tu alma, que no haré yo cosa semejante” (2 Sam, 11, 11).
David sigue insistiendo y le da más permiso, pretende emborracharle, pero no le sale bien la jugada y opta por una solución violenta: decide dar muerte a Urías y hacer que pase por una casualidad: “Poned a Urías en el punto donde más dura sea la lucha, y cuando arrecie el combate, retiraros y dejadle solo para que caiga muerto” (2 Sam, 11, 15). Y Urías muere, no podría ser de otra forma.
Cuando David se entera su reacción es la de un hombre calculador y cínico: “No te apures demasiado por este asunto, porque la espada devora unas veces a uno, otras a veces a otro. Refuerza el ataque contra la ciudad y destrúyela” (2 Sam, 11, 25).
Betsabé guarda luto a su marido durante siete días, como era la costumbre y, al acabar, David la lleva consigo a palacio. Parecerá que el hijo fuese de Urías y quedará a salvo el honor de David... o eso pensaba.
Dios, no obstante, no estaba muy de acuerdo con el crimen de su protegido: “Lo que había hecho David fue desagradable a los ojos de Yahvé” (2 Sam, 11, 27). Para tratar de que David entre en razón y reconozca su culpa, le envía al profeta Natán quien, con la célebre parábola del hombre rico que roba al pobre la única oveja que tenía, hace que David se arrepienta al fin:
“Llegó un viajero a casa del rico; y éste, no queriendo tocar a sus ovejas ni a sus bueyes para dar de comer al viajero que a su casa llegó, tomó la ovejuela del pobre y se la aderezó al huésped”. Encendido de cólera David fuertemente contra aquel hombre dijo a Natán: “¡Vive Yahvé que el que tal hizo es digno de la muerte y que ha de pagar la oveja por cuadruplicado, ya que hizo tal cosa sin tener compasión!” Natán dijo entonces a David: “¡Tú eres ese hombre!” (2 Sam, 12, 4-7).
David se arrepiente, sí, no obstante tiene que hacer un castigo importante y es que la espada nunca más se apartará de la casa de David: “Por eso no se apartará ya de tu casa la espada...” (2 Sam, 12, 10). Además, y es el castigo que atañe a Betsabé, el hijo que esperaban muere al poco de nacer.
Cuando este niño enferma, los padres se preocupan mucho y David ofrece todo tipo de penitencias y ayunos, pero no se salva. Así Dios los castiga, a él y a Betsabé. David, contra lo que se pensaba, (2 Sam, 12, 18), reacciona de manera serena:
“Cuando aún vivía el niño, ayunaba y lloraba diciendo. ¡Quién sabe si Yahvé se apiadará de mí y hará que el niño viva! Ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo volverle la vida? Yo iré a él, pero él no vendrá ya más a mí” (12, 22-23).
Mientras, la vida en palacio sigue y David se vuelca en Betsabé que vuelve a quedarse embarazada y esta vez da a luz a un niño al que llamarán Salomón. De esta manera, Dios perdona a David, ya que Salomón será el heredero de la corona, pese a que tenía otros hermanos del resto de mujeres de su padre.
Betsabé fue muy activa en la sucesión del trono y aquí ya se la presenta no como a la mujer pusilánime del principio, sino como a una intrigante que hace lo que sea preciso para ayudar a su hijo. Para ello cuenta con el apoyo de Natán. Adonías, el otro hijo del rey, quiere proclamarse rey a espaldas de su padre. La situación es muy delicada hasta que David, aconsejado por Natán, designa a Salomón como su heredero y organiza unas ceremonias muy complicadas para que sea efectivo.
Betsabé, pues, se ha salido con la suya y acaba siendo “madre del rey”, con lo cual sus poderes van a ser importantes, aunque sigue siendo irreflexiva y acaba causando la muerte de Adonías al interceder por él frente a su hijo y pedirle permiso para que se case con Abisag, que habían buscado para David, pero que el rey, ya viejo, no quiso aceptar. Salomón interpreta erróneamente esta petición y piensa que Adonías quiere quitarle el trono y lo ordena matar. Salomón recibe a su madre con todos los honores (1 Re, 1, 16-31) pero le responde muy adustamente cuando sabe el motivo (1 Re, 2, 22). Betsabé, en su inconsciencia, es la causante de la muerte de Adonías.
Bien curioso es este perfil bíblico de Betsabé, mujer pasiva, que se deja hacer, imprudente, pero también astuta, firme y bondadosa, en ciertos momentos. Una figura llena de luces y sombras, de carne y hueso, que figura en la genealogía de Jesús: ”Isaías engendró al rey David, David a Salomón en la mujer de Urías” (Mat, 1, 6).
http://alenarterevista.net/betsabe-la-perfida-mujer-que-sedujo-al-rey-david-por-virginia-segui/
jueves, 10 de septiembre de 2020
D'Artagnan
Plaza del Général - Catroux, París, Francia.
Obra de Paul Gustave Doré, ( Estrasburgo, 1832 - París, 1883 ). Fue un artista francés, pintor, escultor e ilustrador.
Charles de Batz-Castelmore, conde de Artagnan, fue un capitán de la guardia de mosqueteros de Luis XIV de Francia, que murió en el sitio de Mastrique el 25 de junio de 1673, durante la llamada Guerra Franco-Holandesa.
miércoles, 15 de julio de 2020
"La Bella durmiente"
Se encuentra en la National Galerie de Berlín, Alemania.
En la actualidad, las versiones más populares suelen ser relatos basados en el cuento de Charles Perrault e influidos por elementos del de los hermanos Grimm. El éxito de la versión cinematográfica de Walt Disney Pictures, de 1959, contribuyó mucho en la popularización de la historia a nivel mundial
Esta es la historia original resumida:
"La princesa Talía corre el riesgo de pincharse el dedo con el huso de una rueca oculta entre lino, según advierten sabios y astrólogos. El rey y la reina deciden prohibir la entrada de ruecas, husos y lino a palacio y esto evita que la princesa sufra ningún percance hasta que, siendo adolescente, encuentra un huso y una rueca para hilar lino y se clava el dedo con el huso de la rueca bajo la uña, cayendo en un sueño profundo.
El rey y la reina, afligidos y pensando que estaba muerta, incapaces de enterrarla, depositan el cuerpo de su hija sobre una tela de terciopelo, cierran el palacio y lo abandonan. Un noble príncipe Jorge que suele cazar en el bosque sigue a su halcón, que le lleva al palacio abandonado, donde halla a la princesa. Enseguida queda prendado por su belleza y, no contento con besarla, tras intentar despertarla, mantiene relaciones sexuales con ella.
Nueve meses después la princesa Talía, aún durmiente, da a luz a dos gemelos, un niño y una niña cuyos nombres son Sol y Luna. Los niños son cuidados por las hadas, que acompañan a la princesa mientras duerme. Un día el niño trata infructuosamente de cogerse al pecho de su madre, encontrando finalmente su dedo. Empieza a chuparlo y logra, casualmente, extraer de su piel la astilla envenenada. En ese preciso momento Talía recupera el conocimiento.
Pasa el tiempo y el noble, recordando los “buenos momentos” vividos con la muchacha durmiente decide acudir de nuevo a palacio. Para su sorpresa, la princesa está despierta y además no está sola, sino que la acompañan sus dos criaturas. El noble príncipe Jorge se da cuenta de que son sus hijos y así se lo explica a Talía, que lejos de enfadarse decide iniciar una relación con él. La pareja pasa una semana de romance y entonces el noble príncipe Jorge se marcha, sin mencionar que el motivo de ello es el obligado retorno con su esposa.
Entonces el noble príncipe menciona en sueños los nombre de Talía, Sol y Luna y con ello la esposa del noble se entera de todo, conociendo así la existencia del palacio, de la princesa que en él vive y de los hijos bastardos de su marido. Enfadada hasta más no poder, hace secuestrar a Sol y Luna, que acaba entregando al cocinero, dando la orden de degollarlos y de hacer con su carne un sabroso plato. La esposa decide quemar viva en la hoguera a Talía, también capturada. En el momento de llegar a la hoguera, Talía solicita poder quitarse primero sus prendas más delicadas, a lo que la mujer accede. Con cada prenda que se quita emite un grito de dolor. Sonidos que el noble acaba oyendo. La esposa le explica a su marido que Talía ha sido quemada en la hoguera y que, durante la comida, “¡te has comido lo que es tuyo!”, es decir, a sus hijos. En ese instante el noble príncipe Jorge ordena que su esposa, el secretario y el cocinero sean quemados también en la hoguera.
Sin embargo, Talía no llega a quemarse y el cocinero le explica que no ha sido capaz de hacer daño a los niños y que los ha sustituido por carne de cabra.
El noble príncipe llamado Jorge y la princesa Talía se casan y el cocinero recibe el título de tesorero real."
El nombre de la protagonista
El nombre del cuento
La trama
domingo, 7 de junio de 2020
Museo de Bellas Artes de Chile
martes, 2 de junio de 2020
Adolfo Apolloni
Apolloni era bastante famoso en Italia.
Obras
Retratos
- Marchesa Corsini de Laiatico
- Isabella Kemp
- Autorretrato (en la Galería Municipal de Arte Moderno y Contemporáneo de Roma)
- Ira Dante (en el Senado de la República )
Esculturas simbólicas
- El violinista
- El teléfono
- La escultura (en la Accademia di San Luca y yeso en la Fano School of Art)
- Diosa roma
Fuentes
- La cosecha (en el atrio del Hotel Excelsior en el Lido de Venecia )
- El oso con el perro y el gato (en la Villa Celere en Roma, ahora desapareció)
Esculturas de celebración
- Victoria alada (en el Monumento a Vittorio Emanuele II )
- La capucha para la custodia de la bandera italiana del destructor Granatiere ( 1908 )
Decoraciones
- Villa Lubin (en la Villa Borghese en Roma)
- Perspectiva epigráfica de Porta Pia (en el punto de Brecha)
- varias medallas de temas patrióticos y de celebración
Obras arquitectónicas y escultóricas
- Monumento funerario a Agostino Chigi (en la Basílica de Santa Maria del Popolo en Roma)
- Monumento funerario de la familia Calcagno (en el cementerio Staglieno en Génova )
- Ave mater purissima ( 1889 ; estatua policromada de mármol de la Virgen en el monumento funerario de la familia Holt, en el cementerio de San Francisco de Pawtucket - Rhode Island )
domingo, 31 de mayo de 2020
L'umanità contro il male, Gaetano Cellini (1908)
Es una obra alegórica, la expresión plástica de una idea, según la definición de Auguste Rodin, para quien «el arte es la misión más sublime del hombre, ya que es el ejercicio del pensamiento que busca comprender el universo y hacerlo entender». Cellini presentó una versión en yeso de esta obra en 1906, en la Exposición Nacional de Milán. En la base aparece, además del título, un corchete que describe su significado: Así que te limpiaré con dientes y uñas. Eterno dolor. Quien en mi corazón luchó contra mí. Dos años después el artista realizó el trabajo de mármol y recibió el Premio Fumagalli de Milán, 1906.
miércoles, 5 de febrero de 2020
Penélope
jueves, 28 de noviembre de 2019
Perseo y Andrómeda
El Oráculo de Delfos había predicho que Acrisio, rey de Argos, moriría a manos de su nieto. Para evitar el cumplimiento de esta revelación encerró a su única hija, Dánae, en una cámara subterránea de bronce y prohibió el acceso a ella a los varones, incluso a los que tuvieran la honrada intención de pedir su mano. Zeus, que como dios omnipotente de poco servían habitaciones acorazadas, vio a la joven -que por cierto era bellísima- y naturalmente se enamoró de ella. Para no levantar sospechas, el padre de los dioses se transformó en finísima lluvia dorada y, filtrándose sobre un rayo de sol por la ventana de la celda, fecundó de esta manera a la pobre cautiva. El milagro se realizó y de esta unión nació el futuro héroe Perseo.
viernes, 22 de noviembre de 2019
Perséfone o Proserpina
Deméter no quería que su hija se casase con Hades y sin su consentimiento Zeus se la había prometido a su hermano. Un día, mientras la joven recogía flores en Sicilia, Hades apareció en su carro de dos caballos para raptarla. En palabras de Ovidio: «Mientras Proserpina (Perséfone) jugaba en el campo recogiendo violetas y lirios, mientras con juvenil alegría llenaba sus faldas y su cesta compitiendo con sus compañeras, Hades, repentinamente apareció, la vio, se encaprichó y la tomó: tan rápido como esto, el amor. La diosa atemorizada llamó a su madre sollozando. Dado que le había rasgado el vestido al llevársela, las flores cayeron de su túnica suelta y eso provocó que derramara sus lágrimas virginales».
Deméter, destrozada, hizo todo lo que pudo para recuperar a su hija y finalmente tuvo que resignarse a que pasase parte del año con Hades y parte del año con ella, dado que mientras estaba en el reino de los muertos había ingerido unas pepitas de granada y las reglas establecían que cualquiera que ingiriese algo en el Averno debía permanecer allí para siempre.
Perséfone aceptó su destino con más naturalidad que su madre, que penó durante mucho tiempo su ausencia y con su tristeza provocó que la tierra se secase y quedase estéril. Perséfone aceptó ser diosa de la muerte e incluso Homero la llamaba «la temible Perséfone» y en la Odisea presenta al héroe dándole una importancia fundamental al papel de Perséfone en el reino de las tinieblas. Ella decidía cuándo se le podía acercar un alma. La muerte de Perséfone y su regreso a la tierra aparece en los Misterios Eleusianos, las ceremonias que tenían lugar anualmente en Eleusis, cerca de Atenas, a las que sólo podían acudir los iniciados.
y yo te daré dos,
¡oh bailarina!
Y mírate microbio...
en el haz de luz,
de Proserpina...
Y es que tu amor es un arco dorado...
tu amor es un círculo mágico...
tu amor es un eco de luz...
y ¿cómo ajustarlo a tu vida...
una vez más?
Solo la esperanza,
guía la verdad...
uh mediodía...
Cuida de mis alas,
en la ingratitud...
oh, Proserpina...
Y es que tu amor es un arco dorado,
tu amor es un río divino...
tu amor como un árbol de luz...
y ¿cómo ajustarlo a tu vida...
una vez más?
Una caja fuerte,
y un viejo reloj,
ya no me sirven...
Quiero tus tesoros,
ya, hermosa flor...
Oh, Proserpina...!
Y es que tu amor es un arco dorado...
tu amor es un círculo mágico...
tu amor es un eco de luz...
y ¿cómo ajustarlo a tu vida...
una vez más?