Hoy colgué mis trapitos al sol, no
por vergüenza, si no por amor.
Dejé secar lo que un día dolió, y abracé mi historia tal como soy yo.
Entre telas limpias y cicatrices, cuelgo, verdades, sueños felices.
No escondo manchas, no borro errores, son parte viva de quien hoy soy yo.
Un gran corazón me sirve de abrigo, me sostiene firme, camina conmigo.
No espero aplausos, ni aprobación, me basta ser yo, sin explicación.
El sol me ve, el viento me entiende, y mi alma ligera ya no se defiende.
Pero el amor propio es eso, al final: honrarte entera, sin juicio ni mal.
Yaneisy Torna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario