"Lo que más penoso me resulta —continuó— es que yo no la comprendía de verdad; al menos, no comprendía una parte de ella que debía de ser fundamental. Y ahora que está muerta, seguramente todo ha acabado sin que lo haya entendido.
Como una pequeña y pesada caja fuerte hundida en las profundidades del océano.
Cuando lo pienso, siento que la congoja me atenaza el pecho".
— Haruki Murakami, Drive my car
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