jueves, 30 de abril de 2020

Resiliencia

Si una planta puede vencer los impedimentos, que te hace pensar que vos no podes. Aprende a dejar atrás tus limitaciones.

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#YoMeQuedoEnCasa

Gustavo Cerati, Llegaste


La película que sólo conocen los verdaderos fanáticos de Gustavo Cerati

Fue su debut y despedida de la pantalla grande. Actuó y también realizó la banda sonora.

Gustavo Adrián Cerati: genio, músico, compositor, cantautor y productor con una faceta que muy pocos seguidores conocen: también fue actor.

Deleitó a cientos de miles con las canciones que realizó en Soda Stereo y como solista nos regaló temas inolvidables. Nos ha puesto a cantar y saltar en múltiples ocasiones a pesar de su partida; pero como actor... no es tan bueno.

+ Bien es una cinta que se estrenó en 2001 dirigida por Eduardo Capilla y co-protagonizada por Ruth Infarinato, una actriz y conductora de televisión reconocida en Argentina y un referente de MTV. Muchos quizá la recuerden ya que ella fue la que dio la noticia para Latinoamérica de la muerte de Kurt Cobain.

Tener a Cerati y a Infarinato en el elenco representaba una oportunidad para Capilla, sin embargo, el resultado no fue tan bueno como pensó.
Muchos recordarán que Gustavo realizó el soundtrack y socore para varias cintas y en + Bien hizo ambos. El álbum fue nominado al Grammy como mejor trabajo instrumental y es un deleite sonoro de inicio a fin. Junto con las actuaciones, parecía haber un buen trabajo, pero la película no tiene más que eso.

La cinta relata la historia de tres amigos que deciden darle un giro a sus vidas, Cerati interpreta a Jorge, un cirujano plástico que tras perder a su esposa e hija decide cambiar su rumbo y ayudar a los demás. Mientras hace un viaje en carretera conoce a Bárbara, se enamora de ella, se entrecruzan las historias de vida de sus amigos y... básicamente eso es todo lo que sucede.

Es una película casera que no aporta mucho, pero se agradece que Cerati haya optado por actuar al menos una vez en su vida. Por esa razón quizá podría gustarte, si eres muy fan te será entretenido ver a uno de los más grandes ídolos del rock en español en esta cinta que, además, puedes encontrar gratis en YouTube.
La historia a lo largo de sus tres personajes masculinos, intenta explicar y analizar el funcionamiento de las relaciones emocionales, pero no lo consigue. Antes de + Bien el director había estado enfocado en comerciales y videoclips, ese puede ser un factor que además, quiso engrandecer con Gustavo Cerati y Ruth Infarinato quienes acapararían los reflectores de la Argentina en ese momento, por desgracia la crítica en ese momento no fue tan buena.

Pero musicalmente sí fue muy buena cinta y eso se lo debe a Cerati, pues realizó un trabajo que fue del agrado de los especialistas y los fans, quienes en ese mismo 2001 disfrutaron el 11 episodios sinfónicos, una verdadera maravilla sonora.
Cerati fue tan multifacético que intentó de todo, en sus composiciones esos cambios son notorios y denotan que no tenía limites. Su creatividad era tal que de una idea pequeña desarrollaba algo brillante. La banda sonora de esta cinta es muestra de ello, son 11 canciones que suenan en toda la cinta, así que ese es un punto a favor de + Bien; cuenta con melodías compuestas específicamente para ella y eso es brutalmente bueno.

miércoles, 29 de abril de 2020

Haikus, Mario Benedetti

Haikú 19
Los dos ladrones
miraron a Jesús
y se miraron

Haikú 25
Me gustaría
mirar todo de lejos
pero contigo

Haikú 26
No sé tu nombre
solo sé la mirada
con que lo dices

Haikú 52
Si me mareo
puede que este borracho
de tu mirada

Haikú 59
Cuando mis ojos
se cierran  y se abren
todo ha cambiado

Haikú 84
Quisiera verte
en vigilia o en sueños
o dondequiera

Haikú 87
ya no hay secretos
por tus ojos espío
nuevas conjuras

Haikú 108
Allí en tu alma
Allí en tu corazón
no hay nadie


Haikú 161
Desde mi espejo
mis ojos no me miran
miran al tiempo

Haikú 172
La poesía 
dice honduras que a veces
la prosa calla

Haikú 204
Una mirada
puede tener la fuerza
de un esperpento

Roberta Flack - Killing Me Softly


Strumming my pain with his fingers,
Singing my life with his words,
Killing me softly with his song,
Killing me softly with his song,
Telling my whole life with his words,
Killing me softly, with his song.

I heard he sang a good song.
I heard he had a style.
And so I came to see him,
To listen for a while.
And there he was, this young boy,
A stranger to my eyes.

Strumming my pain with his fingers,
Singing my life with his words,
Killing me softly with his song,
Killing me softly with his song,
Telling my whole life with his words,
Killing me softly, with his song.

I felt all flushed with fever,
Embarrassed by the crowd.
I felt he found my letters,
And read each one out loud.
I prayed that he would finish,
But he just kept right on.

Strumming my pain with his fingers,
Singing my life with his words,
Killing me softly with his song,
Killing me softly with his song,
Telling my whole life with his words,
Killing me softly, with his song.

He sang as if he knew me
In all my dark despair.
And then he looked right through me
As if I wasn't there.
And he just kept on singing,
Singing clear and strong.

Strumming my pain with his fingers,
Singing my life with his words,
Killing me softly with his song,
Killing me softly with his song,
Telling my whole life with his words,
Killing me softly, with his song.

Rasgueando mi dolor con sus dedos,
Cantando mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente con su canción,
Matándome suavemente con su canción,
Contando toda mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente, con su canción.


Escuché que cantaba una buena canción.
Escuché que tenía un estilo.
Y entonces vine a verlo,
Para escuchar un rato.
Y allí estaba él, este joven,
Un extraño para mis ojos.

Rasgando mi dolor con sus dedos,
Cantando mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente con su canción,
Matándome suavemente con su canción,
Contando toda mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente, con su canción.

Me sentí toda sonrojada con fiebre,
Avergonzada por el público.
Sentí que él encontró mis cartas,
Y leyó cada una de ellas en voz alta.
Rogué para que termine,
Pero él sólo seguía.

Rasgando mi dolor con sus dedos,
Cantando mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente con su canción,
Matándome suavemente con su canción,
Contando toda mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente, con su canción.

Cantaba como si me conociera
En todas mis penurias.
Y luego miró justo a través mío
Como si yo no estuviera allí.
Y simplemente siguió cantando,
Cantando claro y fuerte.

Rasgando mi dolor con sus dedos,
Cantando mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente con su canción,
Matándome suavemente con su canción,
Contando toda mi vida con sus palabras,
Matándome suavemente, con su canción.

 es una canción compuesta en el año 1971 por Charles Fox y Norman Gimbel. Se inspira en el poema de Lori Lieberman, «Killing Me Softly with His Blues», quien lo escribió después de ver interpretar la canción «Empty Chairs» al entonces desconocido Don McLean (quien luego se haría famoso con su éxito «American Pie»)
La primera versión de este tema fue la que hizo la propia Lieberman, en el mismo año en que fue compuesta. Sin embargo, dos años después, Roberta Flack interpretaría una nueva versión que la convertiría en un gran éxito, gracias a la cual ganaría tres Grammy.

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#YoMeQuedoEnCasa

JOSÉ SARAMAGO

"Se llega a un punto en que no hay nada más que la esperanza y entonces descubrimos que aún lo tenemos todo".

JOSÉ SARAMAGO

martes, 28 de abril de 2020

Leon Gieco - El pais de la libertad


Búsquenme donde se esconde el sol, 
donde exista una canción. 
Búsquenme a orillas del mar
besando la espuma y la sal. 

Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad. 
Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad, 
de la libertad. 

Búsquenme donde se detiene el viento
donde haya paz o no exista el tiempo, 
donde el sol seca las lágrimas
de las nubes en la mañana. 

Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad. 
Búsquenme, me encontrarán
en el país de la libertad, 
de la libertad.

Mario Benedetti

"Todos necesitamos alguna vez un cómplice, alguien que nos ayude a usar el corazón."
Mario Benedetti

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#YoMeQuedoEnCasa

domingo, 26 de abril de 2020

sábado, 25 de abril de 2020

Axel Ortíz, Psicólogo

A veces la vida te pondrá a elegir entre lo que quieres pero no te hace bien y entre lo que te hace bien pero no quieres. Trata de conscientemente estar más seguido en la segunda opción.

La vida es. No tardes mucho en aprender que la vida no es lo que supones debe ser.


Elegir es renunciar, no hay forma de que lleves todo lo que eras a tu nuevo destino, o te quedas donde siempre, o aprendes a soltar.


Queda en sufrimiento quien tiene dolor reprimido, cuando se vive así, no sólo se padece del último dolor, sino de todo el dolor acumulado.


Emocionalmente nadie te rompe, nadie te salva, nadie es tu luz o tu oscuridad, eres tu propia causa, tu propio destino.



viernes, 24 de abril de 2020

Mario Benedetti - Lento pero viene

Lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
hoy está más allá
de las nubes que elige
y más allá del trueno
y de la tierra firme
demorándose viene
cual flor desconfiada
que vigila al sol
sin preguntarle nada
iluminando viene
las últimas ventanas

lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
ya se va acercando
nunca tiene prisa
viene con proyectos
y bolsas de semillas
con ángeles maltrechos
y fieles golondrinas
despacio pero viene
sin hacer mucho ruido

cuidando sobre todo
los sueños prohibidos
los recuerdos yacentes
y los recién nacidos
lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
ya casi está llegando
con su mejor noticia
con puños con ojeras
con noches y con días
con una estrella pobre
sin nombre todavía
lento pero viene
el futuro real
el mismo que inventamos
nosotros y el azar
cada vez más nosotros
y menos el azar
lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
lento pero viene
lento pero viene
lento pero viene
Mario Benedetti - Preguntas al azar

jueves, 23 de abril de 2020

Rota se camina igual: una maravillosa invitación a resignificar las heridas

Buena Vibra charló con Lorena Pronsky, psicóloga, sobre su libro “Rota se camina igual”, una baranda ideal para encontrar recursos que nos permitan acomodar el dolor y seguir transitando la vida. Muy recomendable.


En una cultura que aplaude lo perfecto, una invitación a reconciliarse con las heridas y fisuras suena desafiante. ¿Cuál es tu apuesta con el libro?
La idea de perfección es una falacia en cualquier ámbito que pretenda ser aplicado. En cuanto a lo que a mi profesión compete, imprime una exigencia al sujeto que padece que no hace más que chocarlo de frente con una realidad que le recuerda una y otra vez la ambivalencia de la vida. Desconocerlo es invitarlo a frustraciones reiteradas donde el ideal es por definición inalcanzable, ya que va en contra de la subjetividad humana, que está llena de contrariedades, de ambivalencias, de conflictos.

El libro denuncia las emociones que todos atravesamos en distintos momentos históricos de la vida y, sin pretender dar ninguna fórmula mágica, pretende mostrar una posibilidad de resignificación de esos dolores. De esas heridas. No desconocerlas sino aceptarlas y ver cómo y con qué recursos se puede transitar con eso.
¿Qué quiere decir “rota” y por qué hacés foco en las mujeres? ¿Cómo viven los hombres sus quiebres, sus dolores? ¿Por qué no incluirlos?
El término rota es un término que uno utiliza para representar ese dolor que nos vence. Uno se rompe cuando siente que no puede más. Que está desintegrado. Que tocó un límite. El límite de su capacidad para seguir adelante.
De ninguna manera es cuestión de géneros. Suelo escribir en primera persona y, en ese sentido, mi voz es la femenina y esto hace que las mujeres se apropien más del discurso. Pero, claramente, todos nos rompemos en algún momento. Todos dolemos por algo. Todos sentimos las mismas emociones. No importa el nombre de quien las padece.
Los mecanismos de defensa y la modalidad de atravesar estas fisuras suelen ser diferentes según los géneros en cuestión. Pero eso no los exime de padecerlos.
El hombre es más evitativo, suele reemplazar con otra actividad o con cualquier situación que lo distraiga y lo conecte con el otro plano de la realidad. Es de exponerse menos. Y no se permite darse demasiado tiempo a ese dolor. Suele desprenderse más rápido. Al menos en apariencia. Las mujeres, en cambio, son de aferrarse más a los sucesos. Necesitan hablar. Transitarlo. Elaborarlo. Entenderlo. Retienen más el dolor.
Frente a los dolores grandes de la vida suele haber una gran diversidad de reacciones. Hay gente que evade, otros que hacen identidad en la herida y otros que conviven con ella. ¿Dónde ubicarías tu propuesta?
Yo entiendo que la única forma de seguir transitando en la vida es atravesar cualquier proceso de duelo que la vida nos imponga. La resistencia al dolor es la mejor forma de perpetuarlo. Aferrarse nos impide evolucionar y seguir nuestros camino. Atravesar las heridas, respetando tiempos y modalidades diferentes, es aceptar la otra cara de la moneda y uno puede dejar de batallar con eso que nos lastimó para empezar a sanar.
¿Seguir igual tiene que ver con la resiliencia? ¿Son recursos que se desarrollan? ¿Cómo educamos a nuestros hijos en esa dirección?
Seguir igual, tiene que ver con una de las opciones. O nos frenamos y dejamos la vida en pausa o bien transitamos con lo que las situaciones nos invitan a resolver o simplemente a aceptar.
La resiliencia suele despertar en esos momentos de mayor adversidad donde uno empieza a ejecutar recursos que antes no sabía siquiera que los tenía. Educar en esa dirección tiene que ver, justamente, con no pretender evitar las penas, con dejar que el sujeto conozca sus propios recursos y pueda ponerlos en práctica y crecer de manera más segura, con un sentido de su subjetividad más integrada.
Hay dolores que no dejan de doler nunca, pero algo cambia, o debe cambiar: la intensidad, la frecuencia con que lamemos la herida, etc. ¿Se trata de soltar? ¿Qué podemos hacer para sufrir menos? ¿Cuál es el camino hacia el bienestar, hacia la paz?
La aceptación de que el dolor, duele. Y que cada tanto golpeará nuestra puerta, nos conectará más de una vez con emociones que son angustiantes pero que, también, terminado el proceso, se retiran y uno vuelve a respirar distinto.
Yo creo que dejar de batallar contra lo inevitable, recibirlo, transitarlo, soltar los remos y utilizar nuestros registros de sanación para neutralizar esas emociones es entender. Asumir. Y liberarse de exigencias culturales que nada tiene que ver con el plano de lo real. Nada.
¿Cómo integrar lo que duele a una vida feliz?
El concepto de felicidad es muy relativo . Subjetivo. Hay gente que tiene una vida feliz en medio del campo con sus animales y plantas y otras serán felices con un bello cuerpo y un buen sueldo a fin de mes. No creo en una vida feliz escindida de las heridas. La integración es lo esperable. Es el despliegue de la vida en cada acto.
Aceptación no es resignación. Aceptar es incorporarlo como parte y acomodarse en esos ratos de una manera más tranquila. Sin exigencias.
Para seguir estando rotos primero hay que asumir que lo estamos. Ese registro… ¿Cómo se logra? ¿Cómo significarlo?
Nadie quiere romperse. A nadie le gusta lamerse las heridas. Cuando algo se rompe, algo se pierde. Uno se pierde en esa fisura. Pero también uno se lleva algo nuevo. Uno se encuentra de cara con su realidad y es en ese instante en el que todo se destruyó donde uno cuenta con el principal as de la manga de todos nosotros : elegir. Es ahí cuando uno se debe replantear la vida otra vez y darse la impunidad de volver a elegir. Cómo, dónde y con quién quiere vivir. Romperse implica la necesidad de volver a armarse. Y cuando uno se arma a sí mismo, da vuelta el bolso y decide qué se queda y qué se va.
"Romperse duele. Pero también, es una nueva oportunidad para reconstruirse a uno mismo. Y justamente por eso hay que seguir. Para emprender el viaje más hermoso, duro, difícil pero honesto de la vida: el viaje hacia uno mismo."
La gente que está agotada es la gente que está rota. Y, entonces una vez que despertó y se dijo su verdad a la cara, resulta muy difícil que vuelva a dormirse.


Casa tomada, Julio Cortázar

Fragmento

Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejó casarnos. Irene rechazó dos pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.

Esperanza, Alexis Valdéz


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miércoles, 22 de abril de 2020

Marc Chagall


"Si toda vida termina inevitablemente, debemos, durante nuestra vida, colorearla con nuestros colores de amor y esperanza". 
Marc Chagall

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Hace tiempo, Joaquín Sabina de Sonetos y versos

Hace tiempo que no me hago caso,
hace tiempo que olvido que atraso,
que paso de mí.
Hace tiempo que no pido nada,
hace tiempo que la madrugada
no da más de sí.
Hace tiempo que mengua mi renta,
que cuadran las cuentas
de la soledad.
Hace tiempo que no me hago trampas,
hace tiempo que nieva, que escampa,
que vuelve a nevar.
Hace tiempo tiempo que el tiempo se esfuma,
hace tiempo que nadie perfuma
mi vieja canción.
Hace tiempo que el sol tiene pecas,
hace tiempo que las discotecas
no tienen razón.
Hace tiempo que no me acaloro,
hace tiempo que el tiempo, que es oro
no cura el dolor.
Hace tiempo que todo es mentira,
hace tiempo que el mundo no gira
a mi alrededor.
Hace tiempo que bajo la cuesta,
que pierdo la apuesta
contra el porvenir.
Hace tiempo que sueño despierto,
que se muere de sed un desierto
delante de mí.
Joaquín Sabina

martes, 21 de abril de 2020

LA CASA DE JULIETA EN VERONA. ITALIA.

La leyenda popular atribuyó a la misma la residencia de la familia Capuleti por la insignia que figura en la fachada "Del Capeli", y la fecha de construcción del palacete en el siglo XII, sin que exista certeza de que efectivamente es la casa de Julieta.

Nada más entrar sorprende ver la multitud de tarjetas con mensajes de amor escritos por los visitantes, que inundan las paredes y los pasillos de la casa.Son tantas las tarjetas con mensajes de amor que el Ayuntamiento tiene que retirarlas dos veces al año, la víspera de San Valentín y el 17 de septiembre, fecha del cumpleaños de Julieta.

El Ayuntamiento se plantea abrir en el futuro un museo en el que se expongan todas las tarjetas con sus respectivos mensajes de amor.

En la obra original de Shakespeare no figura el celebré balcón, que fue recreado posteriormente en las representaciones teatrales.

De hecho, el balcón y la famosa ventana gótica fueron añadidos a la casa de Verona a principios del siglo XX, por lo que inicialmente no estaban en la casa de Verona.

Bajo el balcón existe una estatua de bronce que representa a Julieta y respecto a la cual, cuenta la leyenda que el que toca su seno derecho encontrará el verdadero amor.

Un dato más desconocido es que cerca de la casa de Julieta, en Vía Arche Scaligere 2-4, se encuentra la casa Montecchi atribuida a Romeo, que es un hermoso edificio medieval y residencia privada, por lo que no puede ser visitada.

Shakespeare jamás visitó Verona, aunque recreó a la perfección la leyenda que convirtió a la ciudad en el símbolo universal del amor.