sábado, 11 de enero de 2020

Tristes Guerras, Miguel Hernández

Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes. Tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes. Tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes. Tristes.
Tal vez la armoniosa y bella manera de acomodar las palabras para que, breves y contundentes, nos hablen de una dura realidad como la que vivió en su España natal, es la que hace que algunos reclamen "¡qué hermoso!"; y que persistan y nos hablen de una realidad actual alrededor del mundo, hace que su poesía sea cruda y bella a la vez. Esa es la magia de Miguel Hernández.

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