Moisés Segal -más conocido como Marc Chagall- nacido hace casi un siglo en la Toledo del Imperio Ruso, Vitebsk, como judío que era, no tenía permiso para moverse libremente ni para asistir a una universidad -su madre sobornó con cincuenta rublos a un maestro. Cuando tomó la decisión de ser pintor, sabía también que no le quedaría otra alternativa que ocultar sus raíces judías. Chagall optó entonces por todo lo contrario: reafirmar en su obra su judaísmo.
El Teatro Nacional Judío de Moscú, más conocido con el acrónimo GOSET, se fundó al final de la Primera Guerra Mundial y al principio de la Revolución Rusa. Su director artístico, Solomon Mijoels, encargó a Chagall varios decorados y lo nombró director creativo de la compañía. Pero mientras que Chagall , a lo largo de su carrera, haría más decorados para la Opera de París, Mijoels, jefe del Comité Anti-Fascista, acusado de veladas críticas artísticas contra Stalin, fue asesinado, el Teatro Judío fue cerrado por las autoridades y dos años más tarde ejecutaron a trece prominentes escritores judíos, lo que se conoce como La Noche de los Poetas Asesinados. Todo eso ocurrió cuando Chagall, huyendo del nazismo, se instaló con su esposa en los Estados Unidos para luego regresar a París.
La exposición de estos siete murales de escenario yidish -dos más han desaparecido- fueron exposición itinerante a mediados de la primera década del S. XXI, desde Israel a Moscú pasando por New York y Tokio (y otras 40 ciudades más) Ahora, la afamada galería moscovita Tretyakov los colgará en sus salas de forma permanente -auqnue el año que vienen viajan a Montreal- en una cala más del reconocimiento de la nación rusa con Chagall.
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