Nada es para siempre, ni los días malos, ni los buenos.
Ni un buen beso, o un mal amor.
Nada dura una eternidad, ni siquiera la memoria, ni los recuerdos.
Nada es para siempre, ni el peor momento, ni el más bello.
Somos como una estrella fugaz en la vida de los demás.
Solo si logras hacer una pequeña diferencia, trascenderás.
Nada es para siempre, por eso vive con intensidad tu presente, no te preocupes de más por lo que no tenga solución, y si la tiene, ocúpate de resolverla.
Nada es para siempre, si estás llorando piensa en que mañana sonreirás, si estás sonriendo disfruta al máximo el momento.
Deja huella en el corazón de las personas, pero para bien, encárgate de que te recuerden con una sonrisa, aunque ya no estés.
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