Todo es subjetivo, incluso el amor. Pero resulta bohemio hablar de amor, de poesía, incluso de la pareja.
Cada uno de nosotros encierra su verdad, sus traumas, sus amores, sus secretos… sus pecados.
Quizás por eso creo que todos somos un poco hijos del desamor que vamos arrastrando, un poco de esa desilusión que hemos llorado y algo de tristeza…
Quizás se nos acumulan los porqués y nos sobran las ganas… Quizás no sabemos nada del amor, aún habiéndolo conocido, saboteado, amado, estrujado.
¡Y dicen que hablar de amor, resulta bohemio…!
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