Nadie vendrá a salvarte.
Nadie vendrá montado
en un caballo blanco
y te quitará todas
tus preocupaciones.
Hay que salvarse,
poco a poco,
día a día.
Constrúyete una casa.
Cuida tu cuerpo.
Encuentra algo
en lo que trabajar.
Algo que te emocione,
algo que quieras aprender.
Consíguete algunos libros
y léelos con el corazón.
Sal a cenar.
Vístete para nadie más
que para ti
y simplemente
siéntete bien.
Es una sensación
encantadora,
sentirse bonita.
No necesitas que nadie
te lo confirme.
Charlotte Eriksson
Imagen tomada de la Web
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