Sucede que casi siempre  nos vamos a los extremos…

Pero también  suceden esos momentos en los que el miedo te impide avanzar. 

Suceden… 

Esas noches tristes, esos días en los que no hay esperanza, que dejas tus sueños a un lado. 

Cuando eso sucede... 

¿A donde vas?

Esas veces que no te das la libertad de ser y sentir. 

Cuando el amor no es suficiente, las lagrimas no salen, las batallas cansan…

Cuando el tiempo te alcanza. 

 O esas veces…

En las que despiertas y ya pasó ayer.

¿A donde vas? 

Cuando sólo los vacíos llenan tu interior. 

Quizás…

 Lo mejor sea pedirle a la vida que te espere por un momento. 

Parar y dejar que la luz te recuerde que puedes brillar de nuevo. 

Parar… 

Mirar al horizonte, pensar lo que queda por lograr y sonreír al saber que lo harás, pero no será hoy, porque hoy necesitas hacerte un ovillo y curarte las heridas. 

Parar es…

pedirle perdón a tus alas por haber forzado el vuelo cuando estaban cansadas. 

Por no caer en la cuenta de que el reloj no puede mandar porque eran tus latidos los que debían haber marcado el ritmo. 

Y es que, 

A veces necesitamos que nos recuerden que parar no es rendirse…¿ Verdad?

Reflexiones de una escorpio