Sabias que la Vibración de los Cuencos Tibetanos equilibra los hemisferios cerebrales, estimulando la actividad de las ondas alfa. Ideal para conseguir una meditación más profunda.
Ayuda a equilibrar y limpiar tanto los chakras como el aura.
Mediante la vibración de la pituitaria o la hipófisis ayuda a equilibrar el sistema endocrino.
Los cuencos al ser rozados o golpeados con una vara de madera producen una vibración y un sonido que es sanador, haciendo que estas vibraciones recorran todo el cuerpo por medio de la sangre de la persona.
Mediante estas resonancias se lleva energía a todo nuestro cuerpo alcanzando los órganos y cada una de las células que componen el cuerpo.
Las personas que tienen o se someten a sesiones de cuencos tibetanos, suelen tener una mejor relación con su entorno y suelen estar más felices consigo mismo.
Como apoyo a la meditación, los sonidos y vibraciones que producen los cuencos tibetanos son perfectos para estimular la actividad de las ondas de tipo Alfa y Beta despertando de ese modo la capacidad de dar y de recibir.
La misma ciencia avala que realmente todo se trata de energía y de vibración de manera que no hay una sola cosa que esté totalmente inmóvil ya que todo vibra.
Las vibraciones influyen directamente en nuestros pensamientos y estos son claves a la hora de tener un organismo que se pueda proteger de toda enfermedad.
La falta de armonía emocional deriva en enfermedades, problemas de relaciones con las personas, desequilibrios emocionales, bajo estado anímico y con los cuencos tibetanos producimos sonidos armónicos que consiguen armonizar todas nuestras vibraciones que son desarmónicas.
El mayor efecto sanador lo produce por tanto la vibración y de hecho con los cuencos tibetanos se realizan terapias conocidas como vibracionales.
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