Amanece peor cada día,
Y, a pesar de las horas hermosas,
las goteras son tan enojosas
la ira de Dios tan impía
Y, a pesar de las horas hermosas,
las goteras son tan enojosas
la ira de Dios tan impía
que al final, con el alma vacía,
uno deja que pasen las cosas
como trenes, como mariposas
que no saben morir todavía.
uno deja que pasen las cosas
como trenes, como mariposas
que no saben morir todavía.
Yo prefiero soñar que mañana,
de repente por una ventana
se me cuelen volando las musas,
de repente por una ventana
se me cuelen volando las musas,
y feliz, surcando esa ola
enrojezco como una amapola
y me pongo a cantar sin excusas.
enrojezco como una amapola
y me pongo a cantar sin excusas.
Joaquín Sabina
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