He tocado la herida
más profunda
y bienvenida sea.
He llorado hasta cansarme,
me he dormido despierta.
He podido sentir
ese dolor tan huérfano,
esa niñita tan desabrazada,
tan sola de mí.
Otra piel que se cae.
Otro cielo
después de la tormenta.
Hoy voy dando pasitos
y me ovillo en cada pausa.
Me abrazo largo.
Voy lenta.
No hay otro ritmo,
otro pulso que pueda seguir.
Todo está bien
aún en la tristeza.
Mi princesa rebelde
se sonríe,
ella sabe de silencios
y de esperas.
Créditos a su autor
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