sábado, 20 de enero de 2018

De repente todo se vuelve tan simple que asusta.
La gente va perdiendo las necesidades, se reduce el equipaje. Las opiniones de los demás, son realmente de los demás, incluso si son sobre nosotros, no tiene importancia.
Vamos renunciando a las certezas, porque ya no estamos seguros de nada. Y, no nos hace ninguna falta.
Dejamos de juzgar, porque ya no hay bien o mal sino la vida que cada uno haya elegido experimentar.
Finalmente entendemos que todo lo que importa es tener paz y tranquilidad, es vivir sin miedo, es hacer lo que alegra el corazón en ese momento.

Namaste

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