Algunas mujeres están hechas así, despeinadas y contra el viento desde siempre.
No se preocupan de las apariencias y saben inventarse la vida cada día.
Cuando son heridas lloran en la oscuridad y mojan la almohada.
Pero luego se hacen coraje, se secan las lágrimas y se mueven en el mundo, lo acogen.
Incluso si tienen el corazón en pedazos, siempre piensan en los demás, usan el alma de quién aman y miran siempre hacia adelante.
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