Otra vez estoy solo
tan hondamente
solo
que no siento la ayuda
ni el calor
de tu mano
ni tu nueva mirada
ni siquiera la antigua
universal
tristeza
tan libremente
solo
que no puedo acordarme
de cómo era el mundo
con su pobre
tranquila muchedumbre
con sus brazos abiertos
con su espalda vencida
tan claramente
solo
que las paredes lloran
los vagabundos lloran
los solitarios lloran
y se alejan
ah pero éstos
éstos los sobornables
solitarios
antes de irse me envuelven
en una blanda
ojeada
que parece piedad
pero es
envidia.
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