jueves, 23 de julio de 2020

Xul Solar

(San Fernando, 1887 - 1963) Pintor argentino. Tras asimilar las innovaciones de las vanguardias en el transcurso de una larga estancia en Europa, Xul Solar desarrolló un estilo personalísimo que destacó por su originalidad y por la fusión de elementos característicos de diversas corrientes, resultando en una obra de signo fantástico y visionario. Personaje excéntrico y curioso, poseyó una gran cultura, que exhibía con sencillez y gracia poco común.



Pintor, escultor, inventor de algún idioma imaginario y amigo de nuestro querido Borges, Óscar Agustín Alejandro Schulz Solari, conocido como Xul Solar, nació en San Fernando ;Buenos Aires, el 14 de diciembre de 1887 y falleció el 9 de abril de 1963, en Tigre; Buenos Aires.
Hijo de madre italiana y padre alemán, Óscar Agustín Alejandro Schulz Solari adoptó el nombre de Xul Solar para firmar sus trabajos. Viajó a Hong Kong, y recorrió algunos otros países europeos como Inglaterra, Francia e Italia. En Milán conoció a su compatriota, el pintor Emilio Pettoruti, a quien le mostró sus dibujos. También recibió influencia del pintor Paul Klee.
Xul, estaba interesado en la filosofía, las ciencias ocultas ,las creencias de las distintas culturas, y la astrología. Ya por 1919 sus obras reflejaban una inquietud espiritual, con la aplicación de colores vivos, formas y símbolos geométricos, figuras sencillas , y a menudo, palabras. Los signos lingüísticos llamaban su atención. Llegó a dominar diez idiomas e incluso a crear alguno. Inventor de una pan-lengua a fines de los '50, en el que algún modo reflejaba todas las lenguas de la Tierra, incluso el neocriollo. Inventor de un pan-ajedrez, en el que las casillas, estaban relacionadas con los signos del zodíaco y con las constelaciones.
A la luz de Borges, Xul Solar, había creado varias cosmogonías en una sola tarde. El cuento "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" de Jorge Luis Borges, estuvo inspirado justamente, en palabras del lenguaje de la pan-lengua. Alguna vez, Borges describió a las obras de Xul, como "documentos del mundo metafísico en el que los dioses toman las formas de la imaginación que los sueña".
Un ejemplo de sus lenguajes, en éste caso, del lenguaje neocriollo, podemos encontrar en su obra plástica "Lu Diabo Mui", en donde por medio de dibujos, que él llamaba grafías plastiútiles o pensiformas describe una frase conocida en su tierra, como: "El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo".
Xul Solar, sintonizó con un grupo de jóvenes pintores y escritores modernistas, entre los que se encontraban Jorge Luis Borges y Emilio Pettoruti. El grupo, bautizado con el nombre de "Martín Sierra", inició una línea de oposición al temple conservador de la cultura argentina, cuna de Xul Solar y lugar al que el pintor regresó en 1924, tras numerosos viajes y estadías en Alemania e Italia. Asimiló las convenciones estilísticas de la vanguardia europea, pero con un estilo personal que resaltaba por su originalidad y mezcla de estilos. En la década de 1930 a 1940, Xul creó paisajes y diseños arquitectónicos fantásticos que dan fe de sus estudios sobre misticismo y astrología. Expuso sus obras en la Asociación de Amigos del Arte. En el año de su fallecimiento ,1963, se organizó una exposición retrospectiva de su obra en el Museo Nacional de Bellas Artes. Sus obras fueron incluidas en numerosas exposiciones colectivas internacionales. En 1989, sus creaciones se exhibieron en la Galería Hayward de Londres.
El poeta Fernando Demaría, en un ensayo titulado “Xul Solar y Paul Klee” publicado en 1971 en la revista argentina de cultura Lyra, escribió: «No es fácil para el espíritu humano elevarse de la astrología a la astronomía, pero haríamos un error si olvidáramos que un auténtico astrólogo como Xul Solar está cerca de la fuente de las estrellas. El primitivismo de Xul Solar es anterior a la aparición de los dioses...» Xul Solar era un profundo conocedor de la astrología. Al menos a partir de 1939 comenzó a diseñar cartas astrológicas. Cuerpos, máscaras, astros, cúpulas, ojos, banderas, escaleras, edificios, figuras precolombinas, signos de todas las religiones, flotan en el espacio, sin apoyatura. Recuerdan al arte primitivo rupestre. Y sugieren la realidad como una serie de visiones sin tiempo ni espacio. Son obras cromáticamente intensas aunque generalmente de formato pequeño.
Borges contribuyó a que se lo conociera y fue Leopoldo Marechal, quien crea para él, al personaje Schultze en su novela Adán Buenosayres.
De su figura singular:
Xul, se define en 1947, de este modo: "Soy campeón del mundo de un panjuego que todavía nadie conoce: el panajedrez. Soy maestro de una escritura que nadie lee todavía. Soy creador de una nueva técnica musical, de una grafía musical que permitirá que el estudio del piano, por ejemplo, sea posible en la tercera parte del tiempo que hoy lleva estudiarlo. Soy creador de una lengua universal –la panlingua– sobre base numérica y astrológica, que tanto contribuiría a que los pueblos se conociesen mejor unos a otros. Soy creador del neocriollo, lengua que reclama al mundo de Latinoamérica. Soy el director de un teatro que todavía no funciona…”. De esta forma se presenta Xul ante los lectores de la revista Él. Revista mensual ilustrada para el hombre y el hogar.
La frase que nombra su suplencia: "Me haré un mundo"
En un texto de 1910, Xul Solar escribe: “Oh, ¿Qué manos, qué llamadas me llevarán al aire puro, al sol rabioso y al satisfecho mediodía? En esta lucha angustiosa me haré veterano; con mis manos, mis ojos, y oídos ávidos, con mi ardiente e hirviente cerebro encontraré el camino, si no lo hay; si no hay país sin angustia para mí, todo yo, dentro de mis pensamientos, para mis hermanos, me haré un mundo”.

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