-Y me amé...
Entonces apagué el ruido de afuera y encendí la música de mi interior, y bailé noches enteras con mi tristeza y con mi torpe corazón. Y me sentí orgullosa de mí, por un instante dejé de acusarme y comencé a perdonarme por todo lo que un día fui, y me amé, me amé como nadie jamás lo hizo, y de tanto negarme a mí misma, al fin me dije sí.
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