La vida se alimenta de vida. Ni de nubes, ni de polvo, ni de rocío. Y esa vida, que se alimenta de otras vidas hoy, será alimento para otras vidas mañana. En unos pocos años estaremos todos esparcidos por los mismos campos de los que salimos, sin saber dónde comienza uno y dónde el otro y, queramos o no, seremos la argamasa de los nuevos que lleguen, como en nosotros están los que vinieron antes.
El Laberinto del Iris,
David Gascón
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