sábado, 19 de octubre de 2019

William Shakespeare – Soneto 116

No digáis que hay obstáculo que impida
de dos seres la unión fiel y constante:
no es amor si se pliega a lo variante,
o al cambio de quien cambia se intimida.

¡Oh, no!, el amor es una meta erguida
que no sacude el vendaval pujante:
es la estrella de toda barca errante,
cuya altura se ignora, aunque se mida.

Ni es juguete del tiempo, de tal suerte
que a pesar de los años cobra aliento
sobre el límite mismo de la muerte.
Si esto es falso y en mí fuere probado,
ni yo escribí jamás mi pensamiento
ni jamás hubo un hombre enamorado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario