Un sitio para pasear y degustar comidas de todo el mundo.
Comida árabe, pastelería francesa y cafés del mundo son algunos de los locales que abrieron en el predio y alrededores.
Con una gran oferta gastronómica que va desde chivito uruguayo, crepes y choripanes gourmet, hasta una variada infinidad de quesos y hot dogs, el mercado se instala como alternativa turística dentro de la Ciudad de Buenos Aires, en Bolívar 970.
Su fachada presenta características de estilo italianizante y el interior es de un gran valor artístico por su impactante estructura de hierro que sostiene los techos de chapas y de vidrio. Es el último vestigio de estas características que queda en la ciudad.
Obra del arquitecto Juan Antonio Buschiazzo, fue inaugurado en 1931 y es, de alguna manera, testigo del comienzo de la metrópoli: San Telmo es uno de los mercados pioneros, ya que estaba en uno de los primeros barrios y de los más populosos de la ciudad.
Es también conocido como Feria de antigüedades San Pedro o Mercado de Pulgas y es un verdadero festival callejero que se realiza en la Plaza Dorrego, corazón del barrio que le da nombre, aunque también se extiende por las calles aledañas, en especial calle Defensa.
Falafel y shawarma de Medio Oriente, crepes franceses, tapas y tortillas españolas, empanadas y cervezas artesanales, son solo algunas de las propuestas para comer en el nuevo paseo y polo gastronómico en el histórico mercado del barrio porteño de San Telmo, a más de 120 años de su inauguración.
Pero eso no es todo: también pueden llevarse de ese lugar chorizos de cerdo y cordero, productos regionales gourmet y picadas con pan y churros dulces y salados, mientras admiran antigüedades o compran frutas y verduras además de pescado y achuras de las más variadas, como las ubres que no se consiguen en los “super” mordernos.
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