miércoles, 13 de febrero de 2019

Elegía, Joan Manuel Serrat - Miguel Hernández



Elegía



(En Orihuela, su pueblo y el mío,
se nos ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería...)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas,
y órganos mi dolor sin instrumentos,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano está rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes,
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera,
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas
y tu sangre se irá a cada lado,
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas,
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

Para comprender el significado de este poema, lo primero que deberemos tener en cuenta es la relación existente entre estos dos poetas, Miguel Hernández y Ramón Sijé. Ambos, vecinos Orihuela, entraron en contacto en la presentación de la revista orioliana Voluntad. Éste ayudó a Miguel Hernández en sus primeras andaduras por los caminos literarios, buscándole incluso un editor en Murcia para el libro Perito en lunas, cuyo prólogo escribió él mismo, y cuando Sijé, quien realmente se llamaba José Ramón Marín Gutiérrez, le publicó varios poemas en su propia revista, El Gallo Crisis.
Eran dos personas distantes en su ideología política y en sus concepciones estéticas, pero les unió una fuerte amistad y su gran interés por la poesía. Sin embargo, esa amistad se vio rota cuando Miguel entró a formar parte del círculo de Pablo Neruda, quien le convenció que su relación con Sijé podía ser un lastre para su proyección poética. Por ello, cuando Ramón murió, a causa de una septicemia al corazón, el 24 de diciembre de 1935, con sólo 22 años de edad, Miguel se llenó de remordimiento y quiso reconciliar su conciencia escribiendo, en sólo 15 días, este bello poema que apareció en su libro El rayo que no cesa, que salió a la venta el 24 de enero de 1936.
Miguel Hernández creó un mundo poético repleto de símbolos rurales y campesinos, por ello el poema comienza con el verso: Yo quiero ser llorando el hortelano…, porque desea cuidar y trabajar esa pequeña parcela de tierra que su amigo estercola con su cuerpo, alimentando con su corazón amapolas, una flor bastante común en los campos mediterráneos y rojas como la sangre. Avanzando por las estrofas, vemos como el poeta evoluciona en su desesperación y pasa de la locura, pues quiere desenterrar el cuerpo de Ramón, al misticismo y pretende ver a su amigo en las aladas almas de las rosas del almendro, como un alma pura que vuela hacia el más allá. En esta evolución descubrimos como el poeta, que primero no puede soportar el dolor por la muerte de su amigo, luego la acepta resignado y finalmente encuentra la paz al comprender que su compañero será eterno en la naturaleza.
La Elegía está estructurada formalmente en quince tercetos encadenados y un serventesio final. Pero la organización interna, o de contenido, la podemos dividir en tres partes: Primera: los seis tercetos iniciales son de desconcierto puesto que no se explica la temprana muerte de su amigo. Segunda: desde el séptimo terceto hasta el undécimo, donde aparece la rabia y la censura a la muerte por haberse enamorado del joven poeta. Y tercera: las últimas estrofas, en las que aparece la visión panteísta de la naturaleza humana, compuesta por cuerpo y alma, y la vuelta de esta a la naturaleza donde morará eternamente.
SOBRE EL AUTOR: MIGUEL HERNÁNDEZ

Nació en Orihuela en 1910, en una familia de ganaderos. Tuvo siempre gran afición por la lectura y componía poemas en el campo mientras cuidaba de las ovejas. Sus primeras publicaciones aparecieron en la revista de su amigo Ramón Sijé, El Gallo Crisis, y su primer libro, Perito en lunas, fue editado en 1933.
En 1934 marchó a Madrid, donde pasó bastantes penalidades al principio, y allí comenzó a publicar en la revista Cruz y Raya. En 1935 apareció su libro El rayo que no cesa.
Cuando llega la Guerra Civil, se afilia al Partido Comunista y se alistó en el ejército republicano. Durante el conflicto bélico se dedicó a una actividad propagandística y durante ese periodo escribió sus poemarios políticos: Viento del pueblo y El hombre acecha. En 1937 se casa con Josefina Manresa, con quien vivió poco tiempo, pues al finalizar la Guerra con la victoria del bando franquista, fue condenado a muerte, aunque la pena fue conmutada por la de treinta años. Sin embargo murió de tuberculosis en el penal de Alicante en 1942.
Durante su estancia en la prisión escribió su libro póstumo Cancionero y romancero de ausencias, que fue publicado en 1942.
¿QUIÉN FUE RAMÓN SIJÉ?

Ramón Sijé, quien realmente se llamaba José Ramón Marín Gutiérrez, nación en Orihuela, Alicante, el 16 de noviembre de 1913 y murió de una enfermedad cardiaca el 24 de diciembre de 1935. Era hijo de un comerciante de tejidos y tuvo dos hermanos: Justino, que fue conocido en el mundillo poético como Gabriel Sijé, y Mariola. Desde muy joven destacó por su inteligencia y ya a los trece años comenzó a editar poemas y a ser conocido en los círculos literarios.
Era vecino de Miguel Hernández, al que conocía desde la infancia, aunque era tres años menor, pero del que se hizo amigo tras la presentación de la revista Voluntad. Un tiempo más tarde fundó la revista El Gallo Crisis, y editó un ensayo antirromántico titulado La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas.
Ferviente católico, su tendencia política era muy cercana a los ideales fascistas del momento, lo que no le impidió tener buenos amigos entre los militantes del bando opuesto, como Miguel Hernández.

VERSIÓN MUSICAL DE JOAN MANUEL SERRAT

La Elegía a Ramón Sijé fue musicada en 1972 por Joan Manuel Serrat dentro de su álbum Miguel Hernández, junto con otras canciones basadas en otros trabajos del poeta, como: Menos tu vientre, Para la libertad, La boca, Umbrío por la pena, Nanas de la cebolla, Romancillo de mayo, El niño yuntero, Canción última y Llegó con tres heridas.

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