Te has acostumbrado tanto a la jaula, a los límites, a las estructuras, a esos cimientos profundos y viejos, que te sientes mal por ser libre.
Naciste en libertad, has venido a esta tierra a volar, la culpa no existe, la imposición sólo está en tu cabeza.
Eres completamente libre,
de ir si quieres ir, de quedarte si deseas silencio, de elegir la compañía o la soledad.
Eres libre de renunciar a lo que no te hace bien, libre de seleccionar tus pensamientos,
libre de dejar de maltratarte o sabotearte.
Eres completamente libre de tomar el camino que tu corazón dicte. Libre de elegir lo que deseas que entre a tu cuerpo a través de tus sentidos.
Eres libre para decir NO claramente, o para dar un rotundo SÍ.
También eres libre de cambiar de parecer, de transformarte o desdecirte, eres libre para elegirte a ti antes que a nadie.
¡Eres libre! no has hecho este viaje para quedar bien con alguien.
Ni para cumplir expectativas ajenas.
Mucho menos para realizar los sueños y las manifestaciones de los otros.
Por favor nunca olvides que tú has nacido libre, que es tu viaje,
que tú eres quien guía la nave
para descubrir sus propias travesías.
Créditos al autor ✍
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