martes, 12 de mayo de 2020

«Sacar belleza de este caos es virtud»: Gustavo Cerati responde con sus canciones

“Obras son amores”, dice un viejo refrán. Y al recordar el legado que dejó el cantautor argentino Gustavo Cerati ese adagio no sólo cobra sentido, sino que salta como un perfecto resumen del tremendo aporte que deja con sus hermosas e intensas canciones.
Por eso, Cultura y Tendencias recuerda a uno de los altos exponentes del rock latinoamericano con lo mejor de su creación, en un juego infantil pero decidor de hacer preguntas que puedan encontrar lúdicas respuestas en el amplísimo reservorio lírico del cantautor argentino.
¿Cómo recuerdas el momento en que escribes tus primeras letras y Charly y Zeta te dicen “dale, aquí tenemos una canción”?
– Algo ocurrió, una extraña sensación, un presentimiento
tuve que dejar de hacer el amor en el momento.
Fuí en busca de un abrigo, hacía frío,
encendí un cigarrillo, tenía miedo…
(“Un misil en mi placard”, “Soda Stereo”, 1984)

¿Y cómo lograste controlar esa sensación?
– Un sorbo de distracción,
buscando descifrarnos.
No hay nada mejor
que casa…
(“Té para tres”, “Canción animal”, 1990)
¿Pero qué significa conmover a tantas personas con tus canciones?
– Estoy moviéndome con mis propios latidos,
llenando vacíos…
(“Ecos”, “Nada personal”, 1985)
¿Crees que en algún momento del grupo o de tu carrera se perdió la brújula?
– Suaves telas sobre el piso
una parte de la euforia
y lo más resbaladizo
es creernos sin memoria…
Y eso pasó…
(“Fue”, “Dynamo”, 1992)
¿Cómo pudiste enfrentarlo?
– En esta hiperhistoria
todos quieren un flash
y pocos algo para ver
en el ojo de la tormenta…
El centro del centro
es la ausencia
y tu poder es más,
más de lo que puedes creer…
(“Ojo de la tormenta”, “Sueño stereo”, 1995)
¿Cuál sería, a tu juicio, una de las estrofas más románticas de tus canciones?
– Estamos solos en la selva
Nadie puede venir a rescatarnos
Estoy muriéndome de sed
Y es tu propia piel
La que me hace sentir este infierno
(«Juego de seducción», «Nada personal», 1985)
¿Qué ha sido para tí el amor?
– En viaje hacia la redención, la luz no deja de pulsar
creo en el amor porque nunca estoy satisfecho
es mi salvaje corazón, que llega justo a tiempo
llega justo a tiempo.
(«Pulsar», «Amor amarillo», 1993)
¿Cómo podrías describir lo que sientes hoy?
– Yo conozco ese lugar donde todos se la creen,
yo conozco la salida de emergencia que nos salvará.
“Lo que sangra (La cúpula)”, “Doble vida”, 1988
¿Sientes que te faltó decir algo?
– Si algo callé
es porque entendí todo,
menos la distancia.
(«Puente», «Bocanada», 1999)
¿Y cómo ves hoy el futuro de tus canciones?
– Aunque a veces se equivoquen,
no confundo más:
voy a hacer que mis cenizas
vuelvan al papel
(“Cosas imposibles”, “Siempre es hoy”, 2002)
La trascendencia puede verse según ese viejo adagio que dice “obras son amores”: tus canciones son permanentes declaraciones de amor…
– Ya tantas veces morí
nunca me pude ir.
El arte de vivir
por encima del abismo:
estoy condenado a errar
de amor en amor…
(“Medium”, “Ahí vamos”, 2006)
Disculpa la superficialidad, pero ¿cuál sería tu mejor consejo para las relaciones de pareja?…
– No hay un modo,
No hay un punto exacto
Te doy todo
Y siempre guardo algo…
(«Signos», «Signos», 1987)
Eso no significa, en todo caso, huir de las verdades, ¿no?…
– Tal vez lo más suicida sea decirte la verdad,
preferí callar:
a esta hora de la vida es lo mejor.
Llega la noche
respiro libertad, respiro libertad.
Y no miento.
(«Tracción a sangre», «Fuerza natural», 2009)
Y al final, una pregunta trascendente: ¿qué es lo mejor de haber hecho canciones toda la vida, Gustavo?
– Todo es mentira, ya verás:
La poesía es la única verdad.
Sacar belleza de este caos es virtud.
(«Deja vú», «Fuerza Natural», 2009)

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