La verdadera đđđ„đąđđąđđđ, es la tranquilidad.
Sin angustias en la mente.
Sin presiones sociales superficiales.
Sin ataduras personales hirientes.
La đđđ„đąđđąđđđ no siempre es estarse riendo, cantando o saltando como demente.
Tampoco es estar siempre hiperactivo.
Tampoco es estar distorsionado a causa de algĂșn exceso alegre,
pues a diferencia de la alegrĂa,
la verdadera felicidad no tiene caducidad, sino que es permanente.
Un estado puro de paz, de claridad mental, de completa presencia en el presente, y por ende, de absoluto dominio de todo lo que te sucede.
Presencia en lo que piensas.
Presencia en lo que dices.
Presencia en lo que haces.
Presencia en lo que sientes.
La đđđ„đąđđąđđđ es la tranquilidad mental que te permite disfrutar cada segundo de vida tal y como viene”. đ
Wuicho Villegas
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