martes, 10 de septiembre de 2024

Uno tiene que curarse primero.

Te andan obligando a disfrutar el momento; a soltar lo que te hace mal, a dejarte fluir con las circunstancias y a entregarle todo al Universo para que suceda lo que convenga.

Uno primero tiene que curarse.

Dejen de mentirle a la gente rota;  que todos sabemos que a nadie deja de sangrarle la herida
por poner los pies en el agua y acariciar al perro
mientras se les agradece la existencia a las tostadas que comemos todas las mañanas.

La gente pide magia para que no duela y entonces se lo cree y después los ves por ahí sintiendo culpa por no tener los "hue... necesarios"
para salir a bailar y reírse a carcajadas
mientras acaba de enterrar en el medio del pecho al amor de su vida. 

Es fácil desde afuera cuando ya tienes tu vida resuelta.
Exigir que entiendan y suelten lo que el otro se tomó su tiempo para soltar y acomodarse.
Termínenla.

La gente rota guarda pedazos de vida que necesita sanar.

Necesitan abrazos que se acomoden como mantas capaces de apretarles bien los cuerpos hasta que dejen de supurar.
Tienen que dejar de supurar. 
Tienen que sanar.

Están lastimados, no necesitan escuchar lo que hace rato están tratando de hacer y no pueden.

A veces no se puede, no se puede. Es que la vida a veces duele. 
Duele.

La pérdidas, los desengaños, los desencuentros, los abandonos, las decepciones, los sueños frustrados, las promesas incumplidas... Duele.
Todo eso duele.

Entonces antes de meter los pies en el agua
y sacarse una selfie acariciando al perro, tienen que sanar.

Y para sanar hay que saber frenar.

Mirar lo que nos sacudió el cuerpo y el bocho y frenar.
Frenar para ver, para entender, para reconstruir
y también muchas veces para terminar de destruir.

Paren con esas tonterías de que el que no se anima no es valiente, agitando esa pseudo libertad que se supone hay que poner en marcha porque mañana puede ser que se termine el cuento.

Dejen de molestar a la gente que está haciendo su duelo, que se está encontrando con su pena, con su soledad y sus vacíos.

Respeten. No sean mentirosos.
"Todos sabemos" que a veces simplemente no se puede.
No se puede. 
Esa gente se está sanando.

Se está enfrentando a sus fantasmas y a sus tormentas porque para poder salir a bailar con la música a todo lo que da, primero hay que saber curarse. 
Eso es la vida.
Asumirlo es el paso necesario para poder pararse
cuando se pueda y como se pueda.

No apuren a la gente. 
Dejen que se curen, car..o 
Y después quizá sí.

Con menos dolor, con la herida ya sanada y con el cuerpo más liviano, que pongan los pies donde los quieran poner, que cumplan esa cuenta pendiente por hacer, que llamen a quien tengan que llamar, perdonar a quien no pudieron perdonar y luego si se así se les apetece... le agradezcan al Universo y a las tostadas por todo lo que les da.

Pero dejen que la gente se sane...
Dejen que se curen, car..o..

Acompañándonos en nuestro proceso..cobijémonos en un abrazo llenito de amor.

Autor: LORENA PRONSKY 

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