«Las personas altamente sensibles tienden a tener una orientación filosófica o espiritual, en lugar de materialista o hedonista.
No les gustan las conversaciones triviales.
A menudo se describen a sí mismos como creativos o intuitivos.
Sueñan vívidamente y, a menudo, pueden recordar sus sueños al día siguiente.
Aman la música, la naturaleza, el arte en geral.
Sienten emociones excepcionalmente fuertes, a veces agudos ataques de alegría, pero también tristeza, melancolía y miedo.
Las personas altamente sensibles también procesan información sobre su entorno, tanto físico como emocional, de manera inusualmente profunda. Tienden a notar sutilezas que otros pasan por alto: el cambio de humor de otra persona, por ejemplo, o una bombilla que brilla demasiado.»
“Silencio: El poder de los introvertidos en un mundo que no puede dejar de hablar”
Susan Caín.
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