sábado, 7 de septiembre de 2024

Cuando uno tiene que decir adiós;
nunca vuelve a ser el mismo. 

El tiempo se detiene y toma un nuevo significado. 

Cuando no tenemos la elección y simplemente debemos despedirnos, es como volver a nacer, aprender a amar y llorar con la misma intensidad.
Sentir cómo en la profundidad del ser nos arrancan un trozo de espíritu, de intenciones y motivos.

La vida deja de significar lo que algún día fue...

Quiero invitarte a que te permitas experimentar el dolor, que éste jamás será demasiado grande, sabrá ser solo lo suficiente. 

Cuando todas tus fuerzas decaen y piensas que todo ha terminado, en realidad te invita a recomenzar. 
A vivir la maravillosa oportunidad de vida que está en tus manos.

Perdonar y perdonarse, ser intenso en cada acto y entender que no hay un mañana, solo es hoy y se debe abrazar, sentir, experimentar, vivir. 

Realmente vivir. 

Llegará el momento de volver a a casa, evolucionados, luminosos y etéreos. 

Llegará el momento de abrazar de nuevo a quien partió, a quien nos dejó, a quien nos lastimó y agradecerle profundamente las lecciones aprendidas. 

Llegará el momento de la sabiduría, del entendimiento y la aceptación. 
Porque todo es un ciclo continuo, indescriptible y deslumbrante. 

Te invito a continuar, a que cada fibra que en ti habite se permita experimentar el dolor y en esa transición tu corazón se convierta en una fuente de amor infinito. 

Amor que se expande sin miedos y que se prepara para algún día, volver a casa, al lado de quienes amamos, nos amó y jamás olvidaremos. 
A decir entrañablemente solo un  "Hasta pronto".

Autor: Kok Uhga  

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