Supongamos que nos encontramos en el momento justo de nuestra vida, aquel en el cual estamos plenos, conformes y serenos…donde sentimos que hemos alcanzado todo, que hemos llegado a la meta, que nuestra vida no necesita nada más…entonces pensamos que llegamos a una especie de límite. En otro caso, supongamos que estamos completamente insatisfechos, que por más que bregamos con nuestra vida, no encontramos aquello que buscamos, pasan situaciones, personas y cosas y nada nos llena por completo.
La emoción es la principal fuente de los procesos conscientes. No puede haber transformación de la oscuridad en luz ni de la apatía en movimiento sin emoción.
Carl Jung
En los dos casos supuestos, la reflexión es sobre nuestra propia vida, no la mía o la del vecino, pareja, amigos…es tu propia vida. Así que en principio, la intención es promover la mirada interna, la auto observación, la internalización de lo que vivimos, pero especialmente, el reconocimiento de lo que sentimos, el registro de nuestras sensaciones, el percibir como nos sentimos con respecto a nuestro cuerpo, a nuestra mente y a nuestro espíritu.
Si logramos hacer una evaluación sincera, podemos sorprendernos con lo que vamos a obtener, no se trata de rapidez, ni de atino, no se es acertivo o no, sólo basta con saber descubrirse, con fundir el tiempo y el espacio en un instante de dedicación a uno mismo. No se trata de juzgarnos, de tratar de ocultar, de justificar o de explicar, se trata de no negar, de aceptar y observar, solo eso.
Contempla de continuo que todo nace por transformación, y habitúate a pensar que nada ama tanto la naturaleza del Universo como cambiar las cosas existentes y crear nuevos seres semejantes.
Marco Aurelio
La transformación de nuestra vida, no pasa por una decisión trascendental, un viaje, una separación, una vida exitosa, la transformación parte, pasa y continúa por conocernos a nosotros mismos, la manera única y real de amarnos y aprender a amar a los demás.
¿Cuál es el mejor momento?…justo ahora, no hay nada que pueda impedirnos aprender de nosotros, para todo lo demás tenemos límites, horarios, condiciones y prioridades, pero para conocernos a nosotros mismos no hay lugar, no hay condición, ritual o cualquier otro requisito, solo la disposición plena a darnos cuenta de quiénes somos, lo que sentimos y lo que realmente deseamos dejar atrás.
Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…. del miedo al cambio.
Octavio Paz
Transformar nuestra vida, no depende de nada ni de nadie, no está fuera, no está esperando o se ha ido. La vida ya está bien nosotros, pero no lo vemos.
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