La Danza del Universo
No existe ni una sola cosa en sus vidas que no esté interconectada con otra. Nada está desconectado. Ustedes simplemente no ven los hilos que están tejidos. Ustedes vislumbran a los acontecimientos y a las personas como si fuesen fibras separadas; incluso aunque ni una sola de ellas esté realmente separada. De vez en cuando, ustedes pueden alcanzar a ver unas pocas hebras entrelazadas.
No hay ni una sola perspectiva que ustedes perciban, pensamiento que tengan, y obra que hagan, que no esté bien entretejida. No hay tejido en todo ello que no esté tensado. No hay ningún cabo suelto.
A ustedes podría parecerles que había un gran cubo en el Cielo lleno de artículos diversos, y que el contenido del cubo fue simplemente dejándose caer al azar sobre la Tierra; y de alguna manera, ustedes fueron dejados caer, de entre todo lo que contenía en algún lugar, sin saber porqué. Está claro que ustedes pueden no encontrarle ningún sentido al mundo en el que se encuentran. Por supuesto, bajo la lógica lineal en la que ustedes se basan, no le aciertan a encontrarle ningún sentido. Ustedes ven un enredo de separatividad.
Yo lo veo un Todo Unido. Ustedes ven comodines. Yo veo continuidad; Yo veo un encadenamiento de energías en una gran danza del universo. Ustedes ven un batiburrillo; ustedes simplemente no pueden ver, amados.
Para ver, ustedes tendrán que trascender las simples apariencias, ustedes tendrían que cambiar sus puntos de vista; tendría que permanecer abiertos a la posibilidad de que su visión es limitada, que solamente acaricia la superficie. Es como si ustedes viesen luces centelleantes y no consiguieran percibir qué es lo que mora, entre, y detrás de las luces intermitentes. O, podríamos decir que ustedes ven solamente un extremo de la vela. O podríamos decir quizás, que ustedes no son versados en el idioma del Universo. Ustedes leen vocablos individuales por decirlo de alguna manera; y sin embargo, son incapaces de agruparlos para formar un conjunto coherente.
No existe una sola hoja en el universo que no sea parte de ustedes. No existe ni una sola hoja en el universo que no les afecte; y a la inversa, no hay una hoja, un árbol, un día, un atardecer, un ser consciente al que ustedes no afecten. Asimilen el concepto de que todo lo que hay sobre la Tierra está correlacionado. Nadie va montado sobre una lancha de salvamento separada del resto. Todos izamos las velas juntos.
Ustedes aún no han concebido la magnitud de la zona de juegos en la que ustedes se entretienen. Todos los mecanismos no son automáticos. Ustedes pueden hacer que sus experiencias en dicha zona comiencen o paren. Pueden determinar a qué parques de atracciones acudirán y en que atracción se montarán. Pueden decidir qué nombre ponerle al que recorren ahora. Ustedes son prestidigitadores; y todo el tiempo, ustedes se están preguntando si puede ser posible algo como esto.
Amados, lo que ustedes experimentan se deriva del calibre y enrejado de todos los pensamientos habidos en el plano de la existencia humana. Sin embargo, ustedes pueden experimentar la misma configuración de diferente manera a como lo hacen ahora. Esto debe de ser así, o por el contrario, ustedes serían un producto automatizado sin voz ni voto. Ustedes no tienen la posibilidad de opinar sobre todo, sin embargo, parte de su opinión también cuenta. Ustedes tienen la oportunidad de opinar como quieran a cerca de lo que piensan de la atracción en la que se encuentran montados ahora mismo. Todo vale, cuando se trata de su percepción. Digamos que si existieran siete bandas de percepción, ustedes tienen mucho espacio para moverse dentro de ellas.
Ustedes están en una escalera. Pueden subirla o bajarla. Pueden mirar hacia arriba. Pueden mirar hacia abajo. Pueden ir hacia el frente. Hasta pueden colocarse boca abajo.
Considérense a si mismos como la batuta del mundo. Importa como ustedes vayan haciéndose girar a si mismos.
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