Según datos dela ONU, más de 100 mil mujeres el año pasado han sido sometidas a Mutilación Genital Femenina
“Ella levantó su mano adornada con brazaletes dorados y le dijo a las mujeres que estaban alrededor: Ahora, sujétenla bien y ábranle las piernas lo más que puedan”. Así comienza la historia de Halima Mohamed Abdel Rahman, una joven mujer de Sudán, corresponsal de la comunidad de Periodistas de Género World Pulse y activista por la abolición de la Mutilación Genital Femenina.
“Recuerdo que me obligaron a acostarme en tres colchones: uno de ellos estaba doblado debajo de mi torso. Mi partera Hajja se sentó en un banco de madera bajito. Nuestros ojos se encontraron mientras ella miraba mi cuerpo desnudo”. “Ahora eres una mujer de verdad – dijo- una mujer de verdad nunca llora. Removeré esta suciedad y te volverás una mujer limpia, una verdadera musulmana”.
Según datos dela ONU, más de 100 mil mujeres han sido sometidas a Mutilación Genital Femenina y más de tres millones de niñas están en riesgo de sufrir esta práctica cada año. Si bien se relaciona esta práctica con la religión musulmana, esta no figura en el Corán ni en la Biblia y es practicada por pueblos convertidos al Islam o al Cristianismo, lo mismo en Egipto que en Nigeria o en tribus indígenas de Colombia.
Fatma Eman, feminista musulmana egipcia, miembro del colectivo Nazra de estudios de género señala que en la mentalidad de la sociedad egipcia no se relaciona la Mutilación Genital Femenina con la religión: “Si preguntas a un cristiano copto, no te dirá que le corta el clítoris a sus hijas porque la Biblia lo ordena, te dirá que es la costumbre, la tradición y es ahí donde hay que buscar las causas de esta práctica”.
Halima sigue recordando “de pronto, ella comenzó a cortar. Lloré como loca. Su cabeza estaba entre mis muslos, pero yo sentía que estaba cortando en la mitad de mi cabeza. Llamaron a más mujeres para sujetarme. Algunas me llamaron cobarde… Yo tenía solo 6 años, muy chica para luchar”.
Sudán está en el quinto lugar de países que practicanla Mutilación Genital Femenina (MGF) en el mundo. De acuerdo a la Unicef, casi 9 de cada 10 mujeres sudanesas de 15 a 49 años de edad han sufrido la ablación. La mayoría han sido sometidas a un procedimiento conocido como infibulación o “circuncisión faraónica”, en el que se eliminan la totalidad o parte de los labios mayores y menores, y por lo general el clítoris. Muy a menudo, la operación la realiza una partera tradicional.
En Sudán, existen tres tipos de MGF hoy en día: La “Sunna” que es la remoción de la parte visible del clítoris; la Clitoridectomía, que remueve el clítoris y los labios adyacentes, y la Mutilación completa, que además de todo lo anterior implica coser los labios de la vagina y dejar sólo un pequeño espacio para permitir el flujo urinario y menstrual.
En Febrero de 2009 el gobierno de Sudán legalizó la MGF Sunna, un día antes de que el mundo celebrara el día Internacional dela Tolerancia Cero de la Mutilación Genital Femenina.
Otro de los países en los cuales esta práctica es moneda corriente es Nigeria. El Centro de las Mujeres para la Paz y el Desarrollo (WOPED) afirma que los nigerianos y los pueblos que recurren a esta forma de control de la sexualidad femenina- continúan con esta práctica, porque el dictamen cultural dice que la mujer no circuncisa es promiscua, sucia, no es digna de confianza y no puede casarse, físicamente indeseable y un riesgo para ella misma y los niños al momento del parto. Una creencia tradicional es que si la cabeza de un bebé varón toca al clítoris durante el nacimiento, el niño morirá, idea que ha detonado la amplitud de la práctica.
“El Clítoris es un regalo de Dios, ¿Por qué Cortarlo?” Dice un poster en la puerta de Safe Heaven International, una organización no gubernamental fundada por Margaret Onah, de 48 años, sobreviviente de este inhumano tratamiento, que trabaja en Nigeria para crear conciencia de los peligros dela MGF y detener esta tradición bárbara contra el cuerpo de las mujeres. Una de las formas en que combaten este flagelo es visitar a los legisladores para asegurar la erradicación de esta dañina tradición así como proponer a las familias un rito alternativo de paso de a la edad adulta para las niñas, que respete las tradiciones locales pero no incluya la mutilación.
Una mujer nigeriana, escribe su historia: “Mi relato es un poco diferente. Hace poco, fui al hospital y me llevé un shock cuando el doctor, luego de examinarme, me preguntó si yo había tenido la circuncisión del clítoris. Yo le dije “No, ¿Por qué lo pregunta? Él respondió: Tú clítoris no está”. Estaba shockeada porque, durante todo este tiempo, nunca pensé que había sido víctima de eso. El incidente me puso a pensar porque yo he tenido problemas relativos a mi salud reproductiva y me pregunto si esto no tendrá relación con eso. Aún trato de entender por qué una niña debería pasar por una experiencia tan devastadora. Este es el tipo de cosas que provocan en las mujeres trauma psicológico y emocional, Dios me ha ayudado a superar el shock”.
La Mutilación Genital Femenina causa daño irreparable. Puede llevar a la muerte por desangramiento, dolor y trauma e infecciones generalizadas. Es traumático. Tiene peligrosas implicaciones de salud, por las malas condiciones sanitarias en las que se practica generalmente; constituye una violación fundamental de los derechos humanos ya que es realizada a corta edad, faltando el consentimiento para ello. Las mujeres que han sido sometidas a este procedimiento enfrentan riesgos de salud irreversibles, entre los cuales se cuentan: Abscesos, quistes, queloides, infecciones del tracto urinario, relaciones sexuales dolorosas, hepatitis y otras enfermedades de la sangre, infecciones del sistema reproductor, inflamación pélvica, infertilidad, menstruación dolorosa, obstrucción del canal de parto, alta sensibilidad al contagio por HIV/SIDA.
Pero no es sólo en África. Si bien es el continente de mayor incidencia de la Mutilación Genital, no es el único lugar en el cual se producen. Se han registrado casos en pueblos originarios de Colombia y también en Europa. En Colombia, el proyecto ‘Embera Werá’ (mujer Embera) comenzó desde el año 2007 para erradicar la práctica de mutilación genital femenina, en la cultura Embera Chamí de Pueblo Rico y Mistrató (Risaralda). Cada 25 de abril se realizan los foros para darle continuidad a este convenio realizado por el Fondo de Naciones Unidas, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), la Gobernaciónde Risaralda y el Consejo Regional Indígena (CRI).
Hace unas semanas,la BBC de Londres emitía el aire un documental en el cual denunciaba a médicos en Reino Unido -con formación universitaria en medicina y de cultura occidental- que acceden a practicarla Mutilación Genital Femenina a las niñas pertenecientes a poblaciones inmigrantes africanas.
La Feminista musulmana británica de origen pakistaní y activista por los derechos de las mujeres, Shaista Gohir, denunció hace algunos meses a un clérigo musulmán de la ciudad de Bristol, Inglaterra, a quien grabó con la cámara de su propio teléfono celular, mientras daba instrucciones a un feligrés para sacar a su hija menor de edad del país y llevarla a África durante las vacaciones escolares, a fin de que fuese sometida a la Mutilación Genital. Gohir, apoyándose en el propio Corán, ha denunciado este hecho a las más altas autoridades de la importante comunidad islámica de ese país, así como trabaja en red con otras activistas para detectar casos similares.
El fin de la MGF no se encuentra solamente en su repudio y prohibición legal. La prohibición de la práctica tiene que ir acompañada de la promoción de la equidad de género y de los derechos humanos de las mujeres a todo nivel, a fin de terminar con las falsas ideas arraigadas en las distintas culturas que sostienen la ablación del clítoris como un procedimiento deseable. Leyes severas que castiguen a los que la favorecen, así como el desarrollo de fuentes de empleo alternativas para las personas que se dedican a esta práctica, también es un punto a considerar, tanto como la realización de fuertes campañas de educación a nivel local, nacional y mundial que comprometan a la sociedad civil, a los gobiernos, a los medios, al sistema educativo y religioso para cambiar las actitudes sociales a favor de la MGF.
Publicada originalmente en Revista Furias
https://vrdelafuente.wordpress.com/2013/01/09/mutilacion-genital-femenina/
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