El efecto mariposa de la palabra
“Estamos llamados a ser mariposas, asombradas y asombrosas” La palabra al comunicar y representar nuestro dolor es un factor determinante de curación. Es ella la que nos contacta con nuestro dolor, la que activa nuestros recursos internos. Es la esperanza de que somos capaces de reconstruirnos. “Si usted no hace nada, seguirá estando herido toda su vida, pero si hace algo podrá transformar el dolor en belleza, en poesía, en altruismo, en canción, en pintura, en arte…” “Todos los seres humanos experimentan pruebas en la vida. Algunos se dejan abatir, todos son heridos y algunos se vuelven a reconstruir a pesar de ello. Esa es la definición de resiliencia.”
Necesitamos abrazarnos dentro de la palabra. Esta desempeña un trabajo emocional porque es el puente que comunica nuestro mundo interno con el afuera y nos permite co-crear con el otro una nueva realidad. Por eso la tarea de la palabra es la ingravidez, la liberación. "Carecer de palabra es volvernos pesados" pues seguimos siendo orugas pudiendo ser mariposas. En ese decir autobiográfico el puente de las palabras nos lleva a un sentimiento de nosotros mismos "dilatado en el espacio y prolongado en el tiempo". Porque cuando el mundo es cruel, el que logra refugiarse en su mundo interno experimenta grandes sensaciones de belleza provocadas por sus representaciones íntimas. Nos damos el permiso de volar y aceptar… Es con estos hilos que se teje la resiliencia porque "La resiliencia no es una sustancia, es una obra de punto. Todos tenemos que tejer nuestras personalidades”… De esto se trata, de poder abrazarnos a nosotros mismos sin miedo, tejiendo con palabras nueva piel. Darnos a luz tantas veces como sea necesario.
CAMILA VIGNAU. PROFESORA EN LENGUA Y LITERATURA. TECNICATURA PROFESIONAL EN CORRECCIÓN DE TEXTOS. COACH ONTOLÓGICO CERTIFICADA. PROF. EN MINDFULNESS. POSTGRADO EN INTELIGENCIA EMOCIONAL. FORMACIÓN EN ESCRITURA TERAPÉUTICA.
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