domingo, 3 de noviembre de 2024

ESTOY DONDE TENGO QUE ESTAR,
YENDO A DONDE TENGO QUE IR.
La esperanza es ese estado de completa certeza, donde no necesito hacer movimientos de más. Espero. ¿A qué? a que la acción correcta emerja, a que el próximo movimiento se muestre. No necesito dirigir, ni forzar ni desbordar de ansiedad. Hago silencio, escucho, espero, porque de lo contrario me lo pierdo. Me pierdo el llamado de la vida, me pierdo de danzar con el momento, me pierdo de alinearme al presente que tengo enfrente. No hay aprendizaje más profundo que ese.
Cuando la duda avanza, no es momento de decidir, es momento de hacer silencio. Acechar, estar alerta, ¿qué quiere la vida de mi? ¿A dónde me quiere llevar? Esto no significa desoír mis deseos o voz interior, el tema es que cuando estamos alineados no hay forma de que la voz de la vida y mi propia voz se encuentren en desintonía.
La esperanza es nuestro estado natural, porque implica mirar al futuro con nuevos ojos, ya no miro la vida de acuerdo a mi pasado, no espero confirmar lo que sé, no espero que suceda siempre lo mismo.
No sé que va a pasar y puedo sonreirle a la incertidumbre, yo sólo me encuentro esperando activamente, descansando mientras siento el llamado. No se trata de no hacer nada ni de hacer compulsivamente, sino hacer lo justo cuando sea requerido. Para mi eso es la esperanza, la espera y la confianza que se transforman en certeza.
Estoy donde tengo que estar, yendo a donde tengo que ir.

Sofía Villalonga 
Arte: Anne Virlange

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