... así se comportan y viven y actúan la mayoría de las personas día tras día, hora tras hora. Obligadas y sin desearlo, hacen visitas, conversan, trabajan en oficinas, todo de manera perentoria, mecánica, sin buscarlo: todo podría ser hecho por máquinas, o no hacerse. Y esta mecánica ininterrumpida es la que impiden que critiquen, como yo, su propia vida, su cualidad dudosa, horriblemente sonriente, su tristeza y su aburrimiento desesperanzados.
Hermann Hesse,
El lobo estepario
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