viernes, 2 de agosto de 2024

El simple hecho de haberse detenido 
en el mismo sitio que antaño, 
como si hubiese creído que podía tener 
los mismos pensamientos e interesarse
por los mismos espectáculos que entonces,
e incluso que hacía poco, le parecía absurdo,
extravagante y hasta algo cómico, a pesar
de que la amargura oprimía su corazón. 
Tenía la impresión de que todo este pasado, 
sus antiguos pensamientos e intenciones, 
los fines que había perseguido, el esplendor 
de aquel paisaje que tan bien conocía, 
se había hundido hasta desaparecer
en un abismo abierto a sus pies...
Le parecía haber echado a volar y ver desde 
el espacio como todo aquello se esfumaba.

Crimen y castigo,
Fiódor Dostoievski

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