EL ABRAZOđż
El abrazo deberĂa ser recetado, pues hay un poder curativo en Ă©l, que aĂșn desconocemos.
El abrazo cura el odio.
El abrazo cura los resentimientos.
El abrazo cura los malos entendidos.
El abrazo cura el cansancio y la tristeza.
Cuando abrazamos soltamos amarres, perdemos en instantes las cosas que nos han evitado tener calma.
El abrazo nos da paz en el alma.
Cuando abrazamos dejamos de estar a la defensiva y permitimos que el otro se aproxime a nuestro corazĂłn, ¡Los brazos se abren y los corazones se acurrucan de una forma Ășnica...!
No hay nada como un abrazo, un abrazo de "te amo", un abrazo de, "que bueno que estĂĄs aquĂ", un abrazo de "¡AYĂDAME!”
Un abrazo de "hasta pronto",
un abrazo de "PERDĂNAME" y de "TE PERDONO",
un abrazo de "cuanto te extrañé".
Cuando abrazamos somos mĂĄs de dos, ¡somos familia!,
somos accesibles,
somos sueños posibles...
El abrazo deberĂa, sĂ, ser recetado, pues rejuvenece el alma y el cuerpo...
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