3 pasos para olvidar a quien te hizo daño según Mario Benedetti
En su poema "Ese gran simulacro", Mario Benedetti nos enseña cómo funciona el olvido.
Será que los recuerdos son inevitables?, ¿será que la memoria es una de tantas cosas sobre las que nunca tendremos control? Resulta que, aunque los recuerdos nos pesen inmensamente, tal vez son lo único que nos mantiene con los pies sobre la tierra. Y como no podemos elegir qué recordar y qué olvidar, ¿cómo podremos sobrellevar el dolor de las experiencias vividas? Dice el escritor uruguayo Mario Benedetti (1943-2009) que el olvido no es la solución, sino sólo un simulacro. A continuación, te compartimos 3 enseñanzas en la poesía de Benedetti para que los recuerdos no te hagan infeliz.
1. En la misma intención del olvido subyace el recuerdo
En nuestro afán por olvidar, siempre estaremos recordando. El olvido es un acto involuntario, al intentar eliminar un recuerdo solamente damos cabida a que éste se hospede en nuestra conciencia indefinidamente. Entonces sería realmente absurdo tratar de convencer a nuestra memoria de eliminar aquellos recuerdos que nos incomodan. No existe la función voluntaria del olvido, no existe una tecla que podamos pulsar para deshacernos de todos aquellos recuerdos que no consideramos valioso. ¿Pero entonces qué podemos hacer?
2. Olvídate de olvidar
Generalmente, cuando ocurren momentos significativos para nosotros —tanto positivos como negativos— nuestro subconsciente se encarga de colocarle la etiqueta de “importante”. Una vez que esto haya ocurrido, resultará realmente difícil eliminarlo por voluntad propia. ¿Entonces cómo funciona el olvido? Aunque suene contradictorio, debes olvidarte de olvidar; es decir, deja de intentar olvidar a esa persona que te causó daño, ese momento tan desagradable o ese lugar que juraste nunca volver a pisar, ni siquiera en recuerdos.
3. Concéntrate en crear nuevos recuerdos
No pretendas más borrar aquellos recuerdos que no te agradan como si se tratara de la edición de un video. De hecho, sólo te será posible olvidar cuando ya no intentes hacerlo, cuando concentres toda tu energía en vivir nuevas experiencias que traigan consigo nuevos recuerdos. Poco a poco estas experiencias te harán olvidar todo lo demás. Solamente así podrás librarte de la memoria y el dolor, cuando concentres tus pensamientos en nuevas y mejores etapas de tu vida que llenen tu cabeza de mejores recuerdos, cuando dejes de intentar eliminar los recuerdos negativos y te propongas aprender de todas esas experiencias. Una vez que hayas entendido todo esto, comprenderás mejor al poeta cuando escribió “en el fondo el olvido es un gran simulacro, nadie sabe, ni puede, aunque quiera, olvidar”.
ESE GRAN SIMULACRO
Cada vez que nos dan clases de amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros
en mi región hay calvarios de ausencia
muñones de porvenir, arrabales de duelo
pero también candores de mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo de otoño
sentimientos insoportablemente actuales
que se niegan a morir allá en lo oscuro
el olvido está tan lleno de memoria
que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda
en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede, aunque quiera, olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
esos romeros que peregrinarán por el olvido
como si fuese El Camino de Santiago
el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite,
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido.
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