seguimos el garabato de la lluvia
hasta la tristeza que es el hogar destino;
La tristeza almancena los desastres del alma,
o sea lo mejorcito de nosotros mismos,
digamos esperanzas, sacrificios, amores.
A la tristeza no hay quièn la depoje;
Es transparente como un rayo de luna
fien a determinadas alegrìas.
Nacemos tristes y morimos tristes,
pero en el entretiempo amamos cuerpos
cuya triste belleza es un milagro.
Vamos descalzos en peregrinaciòn,
triste tristeza, llena eres de gracia,
tu savia dulce nos acepta tristes.
El garabato de la lluvia nos conduce,
hasta el hogar destino que siempre has sido
tristeza enamorada y clandestina.
Y allì rodeada de tus fràgiles dogmas,
de tus làgrimas secas, de tu siglo de sueños,
nos abrazas como anticipo del placer.
Mario Benedetti
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