Tuve un largo poema, que aunque
se prodigaba en sus malvones,
al poco tiempo se quedo sin rojo.
Tuve otro con jazmines,
fràgiles hogareños e insondables,
pero se descolgaron como copos de nieve.
Y tuve alguno màs,
que era un cerco balsàmico de rosas,
pero se marchitaron sin grandeza.
Por fin tuve un harèn de nomeolvides,
y no puedo olvidarlos,
porque añaden azul a mi memoria.
Mario Benedetti
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