miércoles, 11 de septiembre de 2024

Hoy es uno de esos días en los que decidí por fin sembrar todo aquello que quiero cosechar, quizás llevo sembrando más de lo que pensé, pero ahora lo haré con conciencia.

  Sembraré una sonrisa para que haya más alegría, para soltar las penas, las tristezas y melancolías.

  Sembraré una palabra consoladora, una palabra tierna, para cosechar calma y serenidad cuando la tempestad acecha y quiere arrasar todo a su paso sin más.

  Hoy sí, hoy sembraré un gesto de caridad, de bondad, para que haya más amor, porque falta mucho más en esta vida, porque falta mucho más amor en este mundo y en esta sociedad.

  Sembraré palabras, gestos, detalles, actos, pero sobre todo y ante todo sinceridad y autenticidad, para que la mentira se quede a un lado, para que no se cebe con las nubes de la hipocresía.

  Sí, hoy también sembraré paz, respiraciones para sacar lo que pesa, aquellas culpas y mochilas que no son mías, para que se vayan los nervios, para que no hastíen mi alma pura.

 Sí, sembraré en mi mente todo lo positivo que pueda sembrar, para sanar, para dejar a un lado toda aquella toxicidad y siempre sumar y dejar de restar.

  Sembraré justicia en mis gestos, en mis hechos, en mis palabras, para que la verdad impere, porque falta hace. Y todo esto poco a poco sembrado hará una cosecha puede que no perfecta, pero sí bonita, con semillas que harán eco en la eternidad. Ese es el sentido de la vida para quien tiene su esencia en calma y libertad.
 
 Patricia Girol

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