Namasté
Nuestro intelecto percibe el mundo y lo interpreta según las creencias y las experiencias pasadas. Si aprendemos a creer que somos cuerpos y no almas, que nuestras emociones son creadas por los demás, y que el mundo evoluciona de una forma positiva y progresiva, esas creencias influirán de cierta forma en nuestra visión, percepción e interpretación del comportamiento de otras personas, de las situaciones y los acontecimientos mundiales. Nuestros pensamientos, emociones y conductas responden a ello. Cada una de esas tres creencias está equivocada. Compruébalo por ti mismo.
¡¡¡NAMASTÉ!!!.
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