jueves, 17 de enero de 2013

Aplícate el cuento

Nuestro desafío vital es asumir la responsabilidad de conseguir ser nosotros mismos. Esto lo podemos lograr gracias a una constante tarea de construcción de nuestro propio relato. Llegar a ser quienes ya somos no es fácil porque estamos hablando de pasar de un potencial a una realidad

El proceso de ser personas solo finaliza cuando morimos. Este desafío vital requerirá de nosotros imaginación e ingenio. Durante este proceso se producirán inevitables conflictos, fricciones, perdidas; pero la lucha, sin violencia, es imprescindible para sacar todo lo bueno que existe potencialmente en nuestro interior. será necesario extraer los aprendizajes siempre personales e intransferibles. Nuestros compañeros de ruta nos podrán dar información e intentar traspasar conocimientos, pero ninguno nos podrá transferir sabiduría. La sabiduría es el resultado del trabajo individual de vivir y de aprender de lo vivido, a fin de mejorar nuestro eterno presente y nuestro entorno. No se encuentra y no se hereda, se trabaja y se gana a diario

Vivir el presente es un constante desafío que requiere abandonar la pereza y pasar a la acción consciente. La acción más pequeña vale más que la intención más grande. Saber gozar de todo lo bueno que cada instante nos aporta, es un arte difícil pero necesario, y es señal de sabiduría apreciar e incorporar en nuestra vida aquellos placeres esenciales escondidos, incluso, en lo que nos parecen situaciones límite. El sentido del humor, y la visión positiva son una parte importante del equipaje necesario para el trayecto vital tan lleno de desafíos

La flexibilidad y la suavidad son características de la vida. Tenemos la opción de escojer y crear, si es necesario, nuestro entorno psicoafectivo óptimo. De hecho, vivir es decir sí a crecer, y crecer implica aprender a perder pero también a gozar del camino
Lao Tse

Transformarse para mantener nuestra esencia supondrá aprender a confiar y a desprenderse de apegos a las formas, mirar más allá de la superficie y de lo tangible. Como el águila, debemos enfrentarnos a más de un doloroso proceso de renovación a lo largo de nuestra vida. hemos aprendido que la persona que cambia puede equivocarse, pero la que no cambia nunca, vive equivocada.

Extraído del libro: APLÍCATE EL CUENTO: Relatos de Ecología Emocional

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