Aquí dejo todo lo que me hace daño.
Es tiempo de ser más fluido con la gente, conmigo mism@.
Es momento de dejar ir, de permitir que el viento me despeine
y me sacuda; que se lleve el resentimiento, que mi alma perdone deudas y deudores.
Es tiempo de que me perdone a mi mism@, ya me reté bastante.
Fueron muchas las piedras que yo mism@ puse en mi camino; puentes dinamitados.
Para autocastigo ya estuvo bien; elijo el camino de la aceptación;
es más barato.
Acepto y entiendo que merezco empezar de cero,
con el alma transparente, y espíritu tranquilo.
En mi vida a partir de ahora, lo que ha de ser, será.
Entiendo que por más que me angustie, no agregaré centímetros a mi estatura.
Es hora de levar anclas...
De liberar cosas, de soltar gente.
Nadie tiene que ser como yo quiera; así están perfectos.
Así ha funcionado hasta este momento su vida. ¿Qué mejor prueba podría pedir para convencerme?
Me dedico a atender lo mío, a refundarme.
Viene bien tirar lo que ya no sirve, perdonarme.
Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero. Tener razón es el peor de los desgastes,
pues te quita el sueño intentando corregir el universo.
Es hora de soltar amarras, de confiar en el universo y menos en la apariencia de este mundo convulso.
Me dejo ir. La vida me conduce.
Quiero comenzar de nuevo con un corazón joven, que brinque con los cantos que anunciará el día
Como cuando eramos niños, ¿te acuerdas?
Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo de los girasoles,
de ver en el cielo, un milagro pintado de azul y no sólo un día más, llano y simple.
Es tiempo de soltar amarras y maravillarme. He estado demasiado ocupad@ para ver las estrellas.
Elijo mirar la sonrisa del sol. Elijo abrazar al aire. Me ama lo suficiente, se me dió la facultad de la alegría.
Elijo controlar a mis propios demonios.
Es más... he decidido darles vacaciones.
Es tiempo de soltar amarras, de levar anclas
de dejarme en paz...
De tanto pelear conmigo mism@ se me estaba olvidando
a que sabe la sonrisa.
A partir de ahora quiero ser más just@, la vida no es un tablero de ajedrez ni las personas caballos o alfiles
Trato a la gente como me gustaría que me trataran.
Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo, te pido una disculpa. Yo ya me perdoné.
¿Podrías hacerlo tu también?. Yo te invito.
Renovación es una palabra muy comprometedora, ¡te obliga a caminar sin excusas!
Sin nadie a quien echarle la culpa. Pero definitivamente es el camino al cielo.
Nada es casualidad, no hay accidentes en el mundo de la voluntad.
Por eso, sea cual sea la razón por las que estés leyendo estas líneas,
elijo creer que el universo nos permitió crear este lazo,
aún cuando ni siquiera nos hayamos visto.
Elijo creer que estamos dispuestos a sembrar sonrisas en nosotros mismos y en la gente.
Te deseo ahora y siempre, estés lleno de bendiciones.
Si sueltas tus amarras, tendrás el corazón libre
para recibirlas con mucho amor.
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