miércoles, 5 de marzo de 2025

El simple acto de estar y conocer lo que se siente que no estén.
El valor de estar y acompañar a alguien, en sus momentos de luz y sombra, es uno de los pilares de la verdadera conexión humana. Esto me recuerda a la reflexión en “Los hermanos Karamázov” de Fiódor Dostoievski, donde Aliosha, con su bondad y compasión, se convierte en un refugio para quienes lo rodean. Su presencia no busca resolver todos los problemas, sino ofrecer compañía y comprensión, recordándonos que, a veces, el mayor acto de amor no es decir algo, sino simplemente estar ahí. Como expresa Dostoievski: “Todos somos responsables de todos y de todo”, una frase que resuena con la idea de que la presencia genuina es una forma de responsabilidad emocional hacia el otro.

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