miércoles, 26 de marzo de 2025

Y entonces la vida nos enseña
que uno siempre debe volar alto.
Más alto que la envidia,
más que el dolor y la malicia.
Más alto que las lágrimas, que los juicios.
Siempre hay que volar alto,
donde ciertas palabras no pueden ofendernos,
donde ciertas acciones no nos pueden hacer daño,
donde algunas personas
nunca lo lograrán.

Alda Merini

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