miércoles, 12 de marzo de 2025

El olor del café y de los periódicos. 
El domingo y su tedio. La mañana 
y en la entrevista página esa vana 
publicación de versos alegóricos
de un colega feliz. 
El hombre viejo 
está postrado y blanco en su decente 
habitación de pobre. Ociosamente 
mira su cara en el cansado espejo.
Piensa, ya sin asombro, que esa cara es él. 
La distraída mano toca la turbia barba y saqueada boca.
No está lejos el fin. Su voz declara: 
Casi no soy, pero mis versos ritman 
la vida y su esplendor. Yo fui Walt Whitman.

Camden, 1892
Jorge Luis Borges

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