SE SOLICITAN LOCOS
( Por Fernando D'Sandi )
Se solicitan locos. Urge.
Locos que desafíen las normas como quien se atreve a bailar bajo la lluvia en pleno diluvio. Locos que rompan las cadenas invisibles que atan a los cuerpos y asfixian a las almas. Que se rían en la cara del "así se ha hecho siempre", que no teman mancharse las manos ni despeinarse el corazón.
Estamos ahogados de normales. De los que caminan en fila, de los que siguen mapas dibujados por manos ajenas, de los que nunca preguntan ni cuestionan, solo repiten. Sobran quienes coleccionan diplomas, aplausos y apariencias, pero faltan quienes coleccionen risas, cicatrices y abrazos que huelan a eternidad.
Se solicitan locos que crean sin límites, que sueñen sin horarios, que vivan sin permiso. Locos que no se obsesionen con encajar en un molde, porque entienden que el molde es una cárcel, y la cárcel no es hogar para un alma que vino a volar.
Urgen locos que vean belleza en lo roto, que encuentren poesía en el caos, que conviertan las despedidas en oportunidades y los fracasos en lecciones de vuelo. Que no teman saltar al vacío de la vida, aunque la caída duela, aunque el aterrizaje deje marcas. Porque ellos saben que las marcas cuentan historias, y que esas historias son las que nos hacen vivos.
Se solicitan locos que pregunten "¿por qué no?" en lugar de conformarse con un "así es". Locos que desafíen rutinas que huelen a muerte lenta, creencias que son jaulas doradas, y expectativas que pesan como piedras sobre espaldas cansadas.
Basta de los que solo buscan ser admirados, reconocidos, aceptados. Basta de los que viven para el aplauso ajeno mientras su propia esencia grita por dentro. Necesitamos gente que viva, simplemente eso: que viva. Que haga del camino su hogar y no su destino. Que ame con el alma desnuda, que acumule encuentros, que se pierda en miradas, que se enamore del instante.
Se solicitan locos. Si tú lo eres, si llevas el corazón lleno de preguntas y los pies inquietos por andar, si no temes reír, llorar, perder, ganar, ensuciarte, limpiarte, caer y levantarte mil veces, entonces este llamado es para ti.
El mundo necesita tu locura como el fuego necesita oxígeno. Sal, rompe esquemas, abre puertas, inventa caminos, salta, vuela. Y no olvides volver a contar cómo se siente estar embriagado de vida.
Ilustración Silvia Zamagni
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