Voy a comprar
un árbol de sakura
de esos que vi ayer en el vivero
recostados
con las raíces vendadas
como si estuvieran
heridos
o muertos.
Voy a comprar
un árbol de sakura
y plantarlo en el centro del patio
para que las flores rosadas
me recuerden
que alguna vez
se acaba el invierno.
Voy a comprarme,
sí,
voy a comprar
un árbol de sakura
para mirarlo crecer despacio
entre los sauces,
cerca de los perros.
Y cuando sea un árbol grande
y yo viejita
tendré a sus pies un banco
para esperar al viento.
Mariana Finochietto,
Arte Xuan Loc Xuan
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